El poeta Hugo Gutiérrez Vega murió a los 81 años de edad en días pasados. Su partida deja un gran pesar en nuestra sociedad y el mundo de la cultura. Gutiérrez Vega se desempeñó como diplomático del gobierno mexicano, funcionario universitario, periodista cultural, además de su faceta de literato en la que deja un legado de más de 30 obras. Una vida dedicada a interpretar la experiencia humana a través del arte y el ejercicio periodístico contribuyeron a forjar una identidad para este país, en especial durante la segunda mitad del siglo pasado. Originario de Guadalajara, Jalisco, Gutiérrez Vega se desempeñó durante los últimos años como presidente del consejo de administración de un diario de circulación nacional, estando al frente de uno de los suplementos culturales más leídos en México, además de ser el rostro visible de una cátedra de periodismo cultural que hospeda la Universidad de Guadalajara (UdeG) y que lleva su nombre.
Lo debe reconocérsele al célebre hombre de letras es que su trayectoria lo distingue como uno de los más importantes poetas contemporáneos de México, así como una de las figuras culturales más trascendentales de nuestro país ya que siempre se destacó por ser, hasta el fin de sus días, un intelectual crítico, comprometido y que no dejó de asumir riesgos al expresar su opinión.
Algunas de sus principales obras son: “Buscando amor” (1965), “Samarcanda y otros poemas” (1972), “Información y sociedad” (1974), “Cuando el placer termine” (1977), “Poemas para el perro de la carnicería” (1979), “El Tarot de Valverde de Vera” (1981), “Meridiano ocho-cero” (1982), “Andar en Brasil” (1987), “Georgetown blues y otros poemas” (1987), “Las peregrinaciones del deseo. Poesía reunida 1966-1985” (1987), “El erotismo y la muerte” (1987), “Los soles griegos” (1989), “Cantos del despotado de Morea” (1991), “Una estación en Amorgós” (1996), “Los pasos revividos” (1997), “Lecturas, navegaciones y naufragios” (1999), “Algunos ensayos” (2000), “Peregrinajes: poesía reunida 1965-1999” (2000), “Poemas sobre poetas” (2001), “Esbozos y miradas del bazar de asombros” (2006), “Antología con dudas” (2007) y “Los pasos revividos” (2013).
Entre sus premios y reconocimientos destacan el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes (1975), Medalla Alfonso X de la Universidad de Salamanca en España (1981), Premio Jalisco de Literatura (1994), Gran Cruz de la Orden del Delfín en Grecia (1994), Premio Nacional de Periodismo en Difusión Cultural (1999), Premio Iberoamericano de Poesía ‘Ramón López Velarde’ (2001), Premio Xavier Villaurrutia (2002), Medalla de Oro/ Instituto Nacional de Bellas Artes (2004), Doctorado Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Querétaro (2010), Premio y Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez en la FIL (2010), Premio Nacional de Periodismo “Carlos Septién García” (2012), Premio Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura (2013) y Doctorado Honoris Causa por la UdeG (2014).
Al final, la imagen imperecedera de su figura resalta en algunas de sus frases en las que reivindica la necesidad de reflexionar siempre sobre las condiciones del país, pero siempre “por encima de la pirotecnia de los políticos profesionales y de sus juegos de feria de rancho” porque, sostenía, “el debate intelectual no se ha cumplido”.