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DOS SICARIOS

Chuck Bowden entrevistó largamente a un sicario en un hotel en El Paso y de ahí salió un artículo, un libro y un video que mostraban que tan profundo han penetrado los criminales en las instituciones del Estado y que tan amplio es el daño que le han causado a la sociedad, en parte de ahí se infiere la dificultad para erradicar el narcotráfico, reducir la corrupción.

En 2015 se lanza la película Sicario que aborda una vez más la grandeza de los policías estadounidenses para destruir a los criminales mexicanos, incluidos los policías que son corruptos. Esto se hace menospreciando las leyes internacionales pero protegidos porque hay una ley que faculta a los agentes estadounidenses a actuar en cualquier lugar del mundo. Se viola el Estado de derecho y se pisotea la democracia en nombre de la defensa de la ley y por supuesto de los intereses de la oligarquía que saca provecho de los cientos de miles de millones de dólares producidos anualmente por el tráfico de drogas.

En la película se llega al extremo de infiltrar un sicario que puede tener cualquier origen (sugieren que es colombiano) para que él solito asesine al capo del Cartel de Sonora (¿El Chapo?). Y es que el sicario es el torturador, el sucio, que recibe instrucciones del americano, que como siempre es el inteligente y no se ensucia las manos, ni siquiera para obligar a una agente del FBI a firmar que lo ilegal se hizo de acuerdo a las normas.

Esta es una película cómo cualquier otra que busca sensacionalismo y explotar el morbo, extrañamente atrae a la gente a ver la sangre que la horroriza.

La actitud sobre la película es interesante. Peter Svarzbein miembro del cabildo de El Paso convocó a un panel para discutir las imágenes reproducidas en la película, las autoridades de Ciudad Juárez no quisieron enviar a nadie a participar en la charla; mientras el alcalde de Ciudad Juárez Enrique Serrano promovió la película llamando a boicotearla y luego anunció que demandará a los realizadores. En sus cuentas alegres no considera que la primera enmienda de la constitución de Estados Unidos protege a los realizadores y que la trivialidad de su demanda solamente le costará dinero a la ciudad, justo cuando él se queja siempre de carecer de dinero.

Juárez-El Paso no es el tema de la película, esta se ubica en Sonora-Arizona, y sobre El Paso del Norte no dice nada que no haya pasado.

Cierto que la zona sufre por un deterioro relativo a su imagen, porque los empleos llegan, la economía crece, la criminalidad ha bajado y la vida es casi normal, tan normal como lo permiten los delincuentes, criminales y funcionarios corruptos. Pero con medidas erróneas no se corrige una imagen deteriorada dos por más de décadas.

 
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