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El Futuro de La Educación(Segunda Parte)

Lo difícil lo hago de inmediato, lo imposible,

me tardo un poquito más

Cantinflas

Cuando se habla de los problemas de la educación se apunta a tres posibles culpables: Los maestros y maestras, el sistema político social, y por ´Ultimo a los alumnos. Todos los comentarios de por qué están mal las escuelas se basan es estos círculos y la experiencia personal no hace mas que confirmar nuestras frustraciones.

“Aquel o aquella maestra fue mala”, “esa o esta escuela es buena”, “antes el gobierno si ayudaba”, son frases que se han vuelto comunes. No dudo que si son ciertas, pero debemos de mover nuestra visión de lo que esta mal, hacia lo que necesitamos hacer para estar bien. No faltara aquel que exclame que no existe un sistema educativo perfecto en el mundo, tal vez no, pero el país de Finlandia esta casi por lograrlo.

Para empezar, la educación en Finlandia es gratis hasta la universidad. Luego, los niños y niñas no entran a la escuela hasta que cumplen siete años y no se les dan calificaciones hasta sexto. El gobierno gasta el 12% de sus ingresos en escuelas (México 5%; según en Banco Mundial), y ser maestro implica tener una educación muy completa y las plazas de los maestros son las mas difíciles de alcanzar.

Claro que el ese país no tiene las mismas condiciones sociales que México o Estados Unidos, pero es evidente de para el gobierno de Finlandia la educación es muy importante. Ha entendido que en la educación no se gasta, se invierte, y tal vez por eso son el número uno en el mundo.

Pero las cosas no se pueden cambiar de la noche a la mañana y nos encontramos ante un México que ha bajado su nivel de educación, y un Estados Unidos que a pesar de gastar más dinero que nunca, no obtiene mejores resultados. Aquí es donde tenemos que cambiar nuestras ideas sobre qué constituye la buena escuela.

Primero tenemos que entender que la formación académica no es una serie de aparatos mecánicos donde cierta combinación de estructuras crean mejores resultados. Mientras las decisiones educativas sean tomadas en oficinas gubernamentales, en vez de en salones de clase, los resultados van a seguir empeorando. Es importante aclarar que los buenos maestros son buenos a pesar de las circunstancias en las que se desarrollan.

El poder de decisión debe de estar presente en la escuela misma. La cultura de aprendizaje es orgánica, se trata de seres humanos que tiene ciertas necesidades básicas, emocionales y físicas, que no se pueden tratar como robots. En otras palabras, intentamos que algo funciones para TODOS y TODAS como si todos fuéramos iguales.

Tenemos el ejemplo de cómo valoramos las matemáticas y la ciencia sobre todas las demás clases, mientras que la educación artística y física, son mandados a la esquina con orejas de burro. Un producto de este sistema es que gran parte de nuestros estudiantes son diagnosticados con la síntoma de déficit de atención. Los alumnos son tratados como enfermos por no querer estar sentados muchas horas contemplando a su maestra explicar y hablar y hablar.

En mi observación de una clase, los alumnos estaban inquietos pues el maestro daba un examen de casi dos horas que se podía terminar en media hora. Estamos enseñando a nuestro futuro a estar sin hacer nada la mayoría del tiempo. Sentados, escuchando, y haciendo caso.

En segunda instancia, tenemos que investigar porqué se habla tanto de enseñar y no de aprender. Los métodos de aprendizaje se han convertido en métodos de enseñanza. Nos preocupamos por el académico que tenga control sobre su salón, metas claras, razonamientos claros, buenos libros, y sobre todo, una forma de calificar eficaz. Pero no vemos si los alumnos están realmente aprendiendo. Nuestra cultura valora la enseñanza, y abandonamos el aprendizaje.

Por ultimo, me gustaría volver al ejemplo que uso Sir Ken Robinson: Dos de los Beatles, Harrison y Lennon, estaban en la misma clase de música y el maestro les dijo que no tenían mucho futuro como músicos. ¿Se imaginan? En su salón tenía el 50% de los artistas mas influyentes en la historia de la música y el maestro no lo pudo ver.

Esto, sí lo podemos cambiar. Entender que como maestros no sabemos el futuro de nuestros alumnos y de que lo mejor que podemos hacer es enseñar a usar la creatividad.

(continuará)

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