En Puebla una turba linchó y quemó a dos encuestadores de la empresa Marketing Research and Services de la Ciudad de México. Los dos jóvenes se identificaron de manera adecuada, pero la gente pensó que estaban haciendo muchas preguntas.
Alguien dijo que habían molestado a una joven, pero ella no los identificó a ellos, de cualquier manera los lincharon.
Las respuestas desmedidas que cada vez con más frecuencia se encuentran en el país, responden sin duda al clima de crispación social por la condición de abandono que sufre la gente, y la suspicacia contra cualquier cosa inusual que sucede en las comunidades.
La gente está harta de que por un lado los criminales normalmente están ligados a los policías, por otro, la policía entra a las comunidades y abusa de la gente, tal y como se denuncia en Sinaloa ahora que buscan al Chapo, y todo esto completado con una falta de efectividad preocupante del sistema judicial.
Ante las fallas del gobierno y que la gente se siente desprotegida, muchos han recurrido a hacerse justicia con su propia mano, el problema es que eso implica juicios sumarios, que llevan un alta carga de injusticia, como en Puebla dónde murieron dos inocentes.
Mientras el sistema de impartición de justicia y de aplicación de la ley camine dando tumbos, estos problemas proliferaran, pasaremos de la injusticia del gobierno a la injusticia de la sociedad.