Patiño y Cómicos (Minions, Halloween, Capulina, Kiko, Tin Tan o porque Trump no va a ser presidente)
- Luis Castañeda
- Nov 13, 2015
- 3 min read
Donald Trump anunció su candidatura para presidente y en unos cuantos meses ocupó el primer lugar en las encuestas nacionales. Aquí estaba un personaje de la televisión, un millonario, un hombre blanco, en campaña y el asombro no dejó de asombrar (valga la redundancia) porque se trataba de un candidato del partido Republicano que había sido Demócrata, y que la verdad nadie lo veía como que tenía una oportunidad. Cabe mencionar que su propio partido ni siquiera lo tomó en cuenta. Se trataba de un personaje cómico que aprovechaba su dinero y su fama para llamar la atención.
Ya en 1992, el candidato Ross Perot había hecho el ridículo, y se esperaba que Trump siguiera pronto en la lista de los que no pudieron siquiera llegar a ser candidatos oficiales. Sin embargo, el verano pasó, y Trump siguió en los primeros lugares. Todos nos volteamos a ver. ¿Seria posible que Trump y sus comentarios llegaran tan lejos como hasta la presidencia de Estados Unidos?
De alguna manera, lo extravagante de la situación tendría que cambiar, pero pasaron los meses y Trump se encontró en los primeros lugares. Para septiembre, el mismo partido Republicano se le puso en contra. Y no era para menos, el rol del cómico, las recomendaciones de Trump son increíblemente chistosas.
Entre sus propuestas esta construir una muralla en toda la frontera de los Estados Unidos, 3,145 kilómetros de largo. Se trataría de una increíble industria que llevaría años en su edificación. Su discurso también prometió regresar a todos los ilegales a México, 11.3 millones existían en el 2014 según el Pew Research Center. Esto sería buscar, atrapar, recoger y deportar casi doce veces la población de Cd. Juárez. ¿Cuánto tiempo tomaría eso? y peor aún, ¿quién pagaría?
Las soluciones pertenecen a la película de los minions donde lo increíble puede pasar en un vacío sin consecuencias.
Aún así, las declaraciones llevaron a los mexicanos a odiar a Trump y a sectores de norteamericanos a pensar seriamente en su candidatura. Es evidente que sus declaraciones tocan un punto sensible para nuestra cultura actual. Más de un reportero ha caído en el juego de Trump: Han tomado en serio a un cómico.
Donald Trump se ha convertido en un personaje que ofrece una “limpia” y una solución fácil a problemas increíblemente complicados. Todo esto mientras sigue creciendo su fortuna. En la revista TIME de noviembre 2015, se publicó un artículo de Steven Brill sobre cómo Trump ha logrado ganar alrededor de 5 millones de dólares por sólo prestar su nombre a una pseudo universidad: La Universidad Trump.
Con un plan de estudios de dar risa, una colegiatura de hasta 33,400 dólares, Brill sigue la pista a una demanda que ha estado en la corte por mas de cinco años en contra de Trump. Se trata de una forma de “robar” dinero ofreciendo paquetes para ser millonarios al comprar y vender propiedades.
Al momento de escribir este artículo, la amenaza de Trump parece que ha empezado a perder fuerza. Ben Carson, el candidato más “creíble” ha logrado rebasar en
las encuestas y, ¿cuál es el papel que ha adquirido? el de Patiño. La voz de Carson es ahora grabe y solemne, sus respuestas con cuidadosas y lentas, sus propuestas son razonables y Trump se ve como un minion a su lado, como Kiko al lado de El Chavo del Ocho, y causa risa y es divertido. Inclusive su presentación en un programa cómico el sábado pasado rompió records de audiencia.
Los roles del Patiño y del cómico en nuestras culturas están muy bien establecidos y lo pensemos o no, aún los usamos para percibir a las personas. Tal vez la película de Los minions gustó porque nos identificamos con los personajes que no tienen poder, que son ingenuos y que nos recuerdan nuestra niñez donde todo era mejor.
Pero los que votan no son niños y nos guste o no, al momento de decidir quien es el próximo presidente, sabemos que no se puede poner a un cómico en el puesto.