Cuando el cielo cerrado y opresivo pesa como una tapa
sobre el espíritu que gime presa de grandes tormentos
y donde todo en el horizonte que lo rodea lo constriñe
nos derrama un día negro más triste que las noches;
Cuando la tierra se ha trocado en un calabozo húmedo,
donde la esperanza como un murciélago,
se la pasa batiendo sus alas titubeantes ante los muros
y golpeando su cabeza contra los plafones podridos;
Cuando la lluvia despliega sus regueros inmensos
que semejan las rejas de una enorme prisión,
y que un pueblo mudo de arañas infames
tiende sus redes en el fondo de nuestros cerebros;
Los relojes de golpe saltan con furia
lanzando al cielo un aullido horrible
igual que los espíritus errantes y apátridas
que gimen en forma incesante;
Y grandes carrozas fúnebres, sin tambores ni música,
desfilan lentamente en mi alma; la esperanza
vencida, llora, y la angustia atroz, despótica,
clava en mi cráneo inclinado su negra bandera.
Charles BAUDELAIRE
(1821-1867)
Las flores del mal publicado en Paris en 1857,
poema traducido del francés por
Antonio Canchola Castro
canchol@prodigy.net.mx