¿Qué entendemos por belleza cuando nos referimos a las obras de arte? ¿Se trata de una belleza concreta, material, o por el contrario, es metafísica, abstracta, ideal? La estética, parte de la filosofía, es la principal disciplina que la estudia, aunque también ha sido abordada desde la historia, la sociología y otras disciplinas. La belleza ha sido vista por muchos investigadores como parte esencial del arte. Umberto Eco, por su parte, engloba los objetos estéticos dentro de una semiótica general.
Tolstoi afirma que el fundador de la estética es Alexander Gottlieb Baumgarten (1714-1762), pues fue él quien usó por primera vez el término para referirse a la estética como ciencia de lo bello. Según éste, el conocimiento estético tiene por objeto la belleza, reconocida por los sentidos; y que el fin de la belleza es gustar y excitar el deseo. Otros contemporáneos de Baumgarten lo contradicen y sostienen que el arte ha de tender a la bondad y no a la belleza. Por ejemplo, Súlzer (1720-1777) considera que la belleza es lo que evoca y desarrolla el sentimiento moral. Winckelmann (1717-1768), por su parte, niega que el arte tenga un fin moral, y habla de tres especies de belleza: la belleza de la forma, la belleza de la idea y la belleza de la expresión; y que ésta última es el fin supremo del arte. También Shaftesbury (1690-1713) opinó al respecto y dijo que el fin de arte es la belleza. Llegamos a Edmund Burke (1729-1797), quien dice que lo sublime y lo bello son los fines del arte.
Mientras los pensadores ingleses se contradecían, tratando de definir la belleza y el arte, lo propio les ocurría a los francés, afirma Tolstoi. André (Ensayo sobre lo bello, 1741) manifiesta que hay tres especies de belleza: la divina, la natural y la artificial. Según Charles Batteux (1713.1780), el arte consiste en imitar la belleza de la naturaleza, y su objeto es agradar.
En este mundo se mueve Kant (1724-1804), cuya teoría estética es la siguiente. La capacidad de juzgar es la base del sentimiento estético. Desde el punto de vista subjetivo, se trata de lo que gusta, sin utilidad práctica; desde el punto de vista objetivo, es la forma de un objeto que agrada. También encontramos en este momento a Hegel, de quien su teoría no es más clara, ni más precisa que las precedentes, declara Tolstoi, por el contrario, es aún más abstrusa y nebulosa. Junto al hegelianismo aparecieron otros sistemas que contradecían formalmente su definición, la refutaban y la ridiculizaban, entre sus autores están Herbart y Schopenhauer (1788-1860).
Andando el tiempo aparece Taine (1828-1893), quien sostiene que hay belleza cuando el carácter esencial de una idea importante se manifiesta más completamente que en la realidad. Según Victor Cherbuliez, el arte da al mismo tiempo placer a nuestros sentidos y a nuestra razón. Además, Grant Allen, en su Physicological Esthetics (1877) dice que la
belleza tiene un origen físico y que los placeres estéticos provienen de la contemplación de la belleza.
Insiste Tolstoi (1828-1910) que todo cuando se escribió acerca de la materia durante el siglo XVIII y XIX, peca de igual vaguedad y parecidas contradicciones. Él afirma, que el arte es sencillamente un producto capaza de procurar a su productor un goce activo y provocar una impresión agradable en cierto número de espectadores o de oyentes, con independencia de toda consideración de utilidad práctica. Este punto final también lo arguyen Kan y Schopenhauer.
Debemos aclarar que este asunto de la belleza ya preocupaba a los mismos griegos; encontramos discusiones sobre ella en Platón, en su diálogo el Banquete, y en Hipias Mayor; y en Aristóteles, quien abogó por la independencia del arte, en su Retórica y algo en su Poética. Incluso Ovidio trató el tema en El arte de amar. Tomás de Aquino, por su parte, la definió como aquello que agrada a la vista (quae visa placet). Abraham Moles considera una estética exacta basada en los aspectos matemáticos de la teoría de la información y de la cibernética; él trabaja en los mensajes visuales y auditivos. Se entiende aquí que la concepción del mundo exterior depende del conocimiento de nuestros procesos perceptivos.
Se ha dicho que parte del arte moderno es antiestético; pero lo horrendo, lo grotesco y desconcertante, lo atrozmente impactante también pueden ser bellos.
Los términos más utilizados en esta indagación son: objetividad, subjetividad, naturaleza, arte, placer, equilibrio, armonía, simetría, emoción, forma, percepción, entre otros. Algunos autores han pretendido sustituir el término estética por otra denominación: calología, la que, atendiendo a su etimología, significa ciencia de lo bello (kalos, ‘bello’).
Por lo pronto podemos conjeturar que sólo existen dos definiciones de belleza, una objetiva, mas difícil de probar; la otra, por el contrario, es más sencilla e inteligible, pero subjetiva. Todos, ya se trate del público o de los creadores, se inclina por una de esas dos formas, la clásica que basa el arte en la belleza, como una entidad mística o metafísica, o bien, como una forma especial de placer. Usted, ¿se ha preguntado en qué radica la belleza?, ya sea de la naturaleza o del arte.