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La Cárcel de Inocentes: Juzgar en La Red

La serie web producida por Netflix “Hacer un Asesino” (Making a Murderer), dirigida por Laura Ricciardy y Moira Demos, ejemplifica los miedos que tenemos sobre el sistema penitenciario. El documental se enfoca en la vida Steven Avery, quien después de cumplir 18 años de cárcel por un crimen que no cometió, es puesto en libertad sólo para dos años después, ser acusado por la misma corporación policiaca de asesinato. Al momento de escribir este artículo, el Señor Avery se encuentra cumpliendo una condena de por vida.

Avery no ha sido la única persona que ha sido liberada usando avances tecnológicos (prueba de ADN), pero si ha sido uno de los casos que ha acaparado la atención en los Estados Unidos. Avery se ha convertido en un símbolo de todo lo mal que sucede cuando se trata de buscar justicia en América. Es interesante qué es lo que hace este acontecimiento tan especial y tan representativo.

En primer término, creo que Avery se ha convertido en un héroe en los círculos sociales. Se trata de un hombre blanco, de bajos recursos, con una inteligencia un poco más baja de lo normal, y con pocas esperanzas de sobresalir en la sociedad.

La primera vez que se presenta en el documental, que dura 10 horas, es cuando sale de la cárcel y regresa a su casa. En este momento no cabe la menor duda de que un hombre inocente ha perdido 18 años de su vida. Como espectador, no nos queda otra más que sentir lástima por este hombre, y al poco tiempo cuando empezamos a analizar las circunstancias por las que pasó, nos damos cuenta su situación nos puede pasar a cualquiera de nosotros.

Lo primero que entendemos es que la pobreza es un factor importante al momento de estar acusado. La familia Avery se dedica a la compra venta de autos chatarra y no tienen para pagar a un abogado. Además, como sabe que es inocente, confía sinceramente que de alguna manera el sistema le ayudara a salir. Creo que entendemos que si somos pobres nuestra oportunidad de no entrar en la cárcel es casi inexistente, pero a continuación nos damos cuenta del abuso de las autoridades en contra de Steve Avery y eso nos causa repugnancia.

Una vez que se comprueba su inocencia, nos damos cuenta que fue la labor de unos cuantos policías, lo que determinó su encarcelamiento. Se trata del poder que tienen algunos hombres sobre la vida de todos los demás. Se aseguraron de que Avery fuera encontrado culpable, es más, no investigaron a ningún otro. A pesar de que varias personas hablaron a la policía para explicar que un hombre extraño había atacado a otras victimas no muy lejos de ahí, el hecho fue completamente ignorado.

Moraleja, si se es pobre y un policía o juez te quiere chingar, estas perdido.

Aunque estamos conscientes de que esto probablemente sucede todos los días, el ver los resultados en la vida de los demás nos causa ira y nos confunde. La vida de un inocente en la cárcel la vemos como circunstancial, pero el caso Avery la hace personal. Nos damos cuenta de que nuestra libertad esta basada en la suerte de alguien mas. Si eres pobre y le caes mal alguien, vas a terminar en el bote.

La realidad que un sistema es corrupto, no es fácil de digerir. “Es muy difícil,” explica su abogado defensor durante el segundo juicio, “que la sociedad vea a un policía como corrupto.” Aunque estemos seguro que esto sucede, no lo podemos afrontar abiertamente. Sabemos que existen corruptos y gentes inocentes en la cárcel, pero aun lo vemos como el precio de tener un sistema mas o menos que funciones.

Rezando, claro, que nunca nos toque a nosotros.

(continuará)

 
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