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Última Instancia: Manual para el Elector

Ante el bombardeo de propaganda a través de spots de radio y televisión, memes, comentarios, chismes y demás información que los electores recibiremos en estos próximos meses de oferta electoral, es necesario que los ciudadanos tengamos una especie de manual de instrucciones sobre cómo interpretar la información recibida, cómo discriminar la basura, y sobre todo, cómo juzgar a los candidatos para tomar una determinación inteligente e informada sobre a quién debemos elegir para los cargos de gobernador, diputados, presidentes municipales, regidores y síndicos, en estas próximas elecciones.

Vamos por partes. Primeramente, creo que es muy pertinente empezar sobre qué partido político postula al candidato. Parece ser que en estos tiempos no es políticamente correcto juzgar al candidato por el partido que lo postula. Lo de moda es decir, “yo no voto por el partido sino por el candidato”. Creo que en la inmensa mayoría de los casos esto es completamente erróneo.

Voy a empezar por el criterio que debemos tener para con los candidatos que postula el Partido Revolucionario Institucional. Es menester que para estos tiempos debemos ya de habernos dado cuenta de que, independientemente de quién postula el PRI de candidato, esa persona automáticamente queda inmersa en el sistema que maneja el PRI, de pago de facturas, corporativismo, compromisos de amplios grupos internos y externos al PRI. Además debemos de tomar en consideración que, simplemente, el PRI no ha dado buenos gobiernos a lo largo y ancho del país, a los menos en los últimos cincuenta años. Curiosamente, el gobierno del PRI mejor evaluado, el del Estado de Querétaro, recientemente fue expulsado del poder por los ciudadanos de dicho estado.

Respecto a los gobiernos del PAN, inclusive los que fueron perdedores en los últimos comicios, no podemos decir lo mismo que con los gobiernos del PRI, a lo menos con la misma dimensión y extensión de la palabra. Pongamos por ejemplo al gobierno de Sonora. Si revisamos los indicadores económicos y de seguridad pública de dicho estado; sus niveles de deuda pública, y sus niveles de desempeño en obra pública, participación ciudadana y gobernabilidad, no son de ninguna manera comparables con los desempeños de los gobiernos conducidos por el PRI.

Ahora bien, veamos a los demás partidos, excluyendo a los que tradicionalmente han sido satélites o comparsas del PRI; como el Partido Verde o Nueva Alianza, y recientemente el Partido del Trabajo, que se encuentra pagándole facturas al PRI por haberlo salvado de perder su registro. Estos partidos, simplemente son una repetición del PRI cuando gobiernan.

Ahora bien, tenemos casos de otros partidos que, en una mayor medida, sí depende del candidato que postulan. Por ejemplo, en el caso de Jalisco, Movimiento Ciudadano ha captado buenos liderazgos que abandonaron al Partido Acción Nacional por sus pugnas internas y por la llamada “onda grupera”, en donde Enrique Alfaro, ex-panista, gobierna el Municipio de Guadalajara. Sin embargo, en otros estados como el mío, Chihuahua, tenemos a ex-panistas, como a Cruz Pérez Cuellar, que fueron adoptados por Movimiento Ciudadano, con el único propósito, a mi forma de ver, de dispersar a la oposición, siendo que este personaje en gran medida es la causa del deterioro del PAN en Chihuahua.

En el caso del PRD y el Partido Encuentro Social, hay que tomar en cuenta los perfiles de sus candidatos.

Respecto al partido MORENA, considero que éste es una simple extensión del mesiánico de Andrés Manuel López Obrador, que ha llegado al grado que todos sus candidatos se retratan con AMLO en su propaganda electoral, para ya sea hacerle el caldo gordo a su líder, que pretende de nueva cuenta postularse en el 2018 a la Presidencia de la República o para que sus candidatos tengan, por desconocidos, un referente de que son los puestos por AMLO.

Ahora bien, respecto a las candidaturas independientes, es necesario no caer en el canto de las sirenas. Aunque existen candidaturas de líderes respetables con currícula intachable, también hay candidaturas de postín, que le hacen la comparsa al PRI para dividir el voto de la oposición y en última instancia hacer que gane el PRI.

Sin embargo, debemos de tomar en cuenta de que de elegir a un mal candidato independiente, la ciudadanía se tiene que tragar la píldora amarga por todo el período del mandato, y no tiene la oportunidad de cobrarle a nadie la factura de haber sido engañados o defraudados en sus expectativas. Los independientes corren por cuerda separada al respecto, y tanto los buenos candidatos de los partidos como los independientes, deben tener la madurez cívica necesaria para en un momento dado unirse para vencer, a lo que a mi forma de ver, es el claro enemigo de México, que es este sistema que hemos venido sufriendo por ya casi un siglo, que es el creado por Plutarco Elías Calles.

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