La contingencia ambiental del DF es una llamada de atención para el país entero.
Durante décadas gobierno y sociedad han ignorado las múltiples llamadas de atención sobre la necesidad de protección del ambiente. Como los adolescentes al parecer pensaron que a nosotros no nos iba a tocar. Y ya nos tocó.
La cuestión del ambiente está marcada por corrupción, incompetencia y negligencia de todas las partes.
Los dueños de autos nuevos, que pueden pagar por los mismos, ahora reclaman que tengan que parar su vehículo UN día. Cómo si el mundo se fuera a terminar con la reorganización de su vida de un día.
Con razón le muestran al gobierno que no ha corregido la calidad de los vehículos públicos (carga y pasajeros), ni ha manejado con inteligencia los horarios y rutas para entrar a las grandes ciudades.
Los programas como el no circula se destruyen frente a la corrupción de los policías que ven en los mismos una fuente de ingreso. El gobierno ha fallado en crearles conciencia social a sus agentes de policía, y la sociedad prefiere transgredir normas y PAGAR las consecuencias, normalmente con mordida.
El deterioro ambiental no está esperando a que el país se corrija y mientras más cae moral y políticamente, el número de muertos asciende, igual que los costos de salud que cubren los impuestos.
Los políticos que fallaron deben pagar. SI NO PUEDEN QUE RENUNCIEN. Y la sociedad debe entender que llegó el momento de que todos colaboren. ¿Por dónde empezar? Por deshacernos de los que cobran para cuidar esas cosas. Cero tolerancia. No viole usted la ley y no de mordida. Puede ser un buen inicio.