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Condiciones Necesarias para un Buen Gobierno

Tenemos en México una gran nación, con una población envidiable en cuanto a su cultura, calidez humana, alegría de la vida y espíritu de solidaridad, que ha sido probada de muchas maneras.

Nuestro país goza de un clima envidiable si se le compara con los climas inhóspitos que existen en muchas partes del mundo. Tenemos un basto territorio que tiene oportunidades inigualables de desarrollo, pero ¿por qué no tenemos el nivel de desarrollo humano logrado por muchas otras naciones con grandes carencias esenciales? Mi respuesta es simple y directa: porque hemos tenido muy malos gobiernos.

¿Cuál es la causa esencial de nuestros malos gobiernos? Creo que no hay respuesta sencilla, podemos escribir miles y miles de páginas haciendo conjeturas culturales, históricas, antropológicas y hasta raciales de este fenómeno, pero estimo que lo que es necesario hacer, es simplemente llevar a cabo múltiples acciones y cambios de actitud para poder iniciar el camino hacia tener un buen gobierno.

Expondré lo que considero debe hacerse en nuestro país para lograrlo. Para empezar, debemos de participar en política, podemos criticar a las personas que participan en política y alejarnos de la misma. Precisamente, eso es lo que más desean los malos políticos, que a la gente no le interese lo que ellos hacen. Así que debemos de formar clubes de análisis político, de lecturas en la materia, de discusión de temas, y sobre todo, organizaciones que se interesen por actuar concretamente en incidir en la política de una manera activa, no nada más participando en la crítica y en la observación, sino en las acciones tendientes a la obtención del poder político.

Otro elemento que debemos de incluir para tener un buen gobierno, es el de quitarnos lo “buena gente” con las personas que detentan el poder, y ser críticos, participativos en las decisiones que se tomen para nuestras comunidades, siendo activos en la participación ciudadana; dígase comités de vecinos, partidos políticos, organizaciones sociales y académicas. Es decir, estar siempre involucrados en las actividades de cualquier índole de nuestra comunidad. Debemos actuar con dureza y determinación ante las injusticias que presenciamos, ya sea interponiendo denuncias o demandas por la vía legal; publicar cartas abiertas, desplegados y manifiestos por las cosas que creemos que deban cambiar. Para ello, no debemos caer en la grosería ni en la estridencia, podemos actuar seriamente y respetuosamente, sin que por ello disminuya nuestro nivel de contundencia e indignación.

Debemos desarrollar una cultura que fomente e impulse lo anterior. Actualmente, no es políticamente correcto ser político. Debemos de hacer la distinción entre buenos y malos políticos, bajo el entendido de que el ciudadano que no se mete en política por “ser la política sucia”, se convierte en un mal ciudadano y un mal político y con ello lo que principalmente fomenta es precisamente los malos gobiernos.

Ahora que nos encontramos en tiempos electorales, debemos de tomar muy en cuenta estas consideraciones, y por ningún motivo dejar de votar, comprendiendo muy claramente que el PRI y sus partidos que lo siguen como satélites: el Partido Verde, Nueva Alianza (los turquesas) y el Partido del Trabajo, no son más que un solo sistema que se ha desarrollado muy detenidamente para reciclar el control político entre sus dirigencias, a través de mantener a las grandes mayorías de la población en estado de pobreza, para que sus élites permanezcan en el poder y continuar explotando a nuestro pueblo.

Por último, no dejar de incluir un último elemento para lograr un buen gobierno, que es el de la unidad, para poder hacer frentes opositores contra este sistema que nos oprime, recordando que no son las personas en particular las que llevan a cabo los actos de mal gobierno, sino que es el sistema completo que debemos de desterrar y destruir, a través de la participación ciudadana activa, permanente y decidida en una unidad opositora y no en dispersiones que lo único que generan es fortalecer al sistema que nos agobia.

Tenemos en este Siglo XXI, todos los elementos formales para lograr desterrar al sistema de una vez por todas. Existe un organismo electoral nacional, que tiene que actuar con transparencia y ante los ojos de todos los partidos y ciudadanos opositores. Denunciemos con protestas y presiones ciudadanas duras, cuando haya acciones sesgadas de las disposiciones electorales por parte de los integrantes de los organismos electorales, así como del Poder Judicial Federal y el de los Estados.

Recordemos que en el siglo pasado no teníamos nada de esto, y logramos hacer un gran sistema democrático que si actualmente no da los frutos que queremos, es porque no sembramos esa gran tierra fértil que pusimos en esas instituciones, por la simple y sencilla razón de nuestra desidia.

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