Sí, ahora tenemos candidatos independientes en todo el país, sí, los partidos políticos han perdido el anticonstitucional monopolio de postular candidatos, sí, ahora hay gobernador, alcaldes y diputados que fueron candidatos independientes, pero ¡oh sorpresa!, el PRI ya aprendió a navegar entre los icebergs de las candidaturas independientes y lo está haciendo muy bien. Por ejemplo, en el Distrito 3 federal de Chihuahua, cuyos ciudadanos me eligieron como Diputado federal en el 2012, en las pasadas elecciones del 2015, curiosamente un extraño individuo que trabajó en el SAT en Ciudad Juárez, se postuló como candidato independiente, obtuvo una mísera cantidad de votos, pero ello influyó para que perdiera por 48 votos la candidata del PAN postulada para ese distrito.
Así el PRI ha descubierto el camino ideal para seguir ganando elecciones: "divide y vencerás". Primeramente la retórica de los independientes, dentro de los cuales hay mucha gente valiosa y de buena fe, como el candidato independiente de mi estado, Chihuahua, José Luís (Chacho) Barraza, que ha utilizado en la mayor parte de su campaña, el discurso de que los partidos políticos son el causante de todos los males del estado, cuando es claro que el enemigo a vencer es ese sistema que es encarnado por el PRI. Esto ha venido debilitando y dividiendo a la oposición, a pesar de que el PAN postuló a Javier Corral, un candidato avezado en la retórica anti-PRI.
En muchos estados del país como en Chihuahua, existe un marcado hartazgo por los gobiernos del PRI, que cada vez se van descarando más en su corrupción, cuando los ingresos que produce el erario ya no les alcanza para su codicia, y han recurrido al endeudamiento de decenas de miles de millones de pesos para saciar su avaricia. Ese repudio puede que no sea suficiente para vencer al PRI dándole el triunfo a los candidatos opositores, por la simple y sencilla razón de que el PRI tiene una nómina muy grande, primeramente de burócratas, tiene bases populares proclives a la venta de
su voto, y tiene grupos de poder que abrevan del sistema corrupto del PRI, que lo apoyan de diversas maneras, aunado con los mini-partidos que al aliarse con el PRI en coaliciones o en candidaturas comunes, aportan sus puntos porcentuales al PRI.
Todo lo anterior, puede formar el bloque perfecto para el triunfo del PRI, pero cuando la contienda es cerrada, el factor decisivo para que el PRI gane las elecciones, es el de la división de la oposición, que generalmente se está dando con las candidaturas independientes. Esta división se da en ambos sentidos, o el independiente le resta votos al partido opositor más fuerte o el partido opositor más fuerte le resta al independiente.
¿Cuál es entonces la solución? Por supuesto que el declinar un candidato en favor del otro no es solución en sí misma, cuando el candidato partidista impulsa por el fortalecimiento del sistema de partidos y el candidato independiente le endilga a los partidos todos los males del país, esto no se puede dar. Lo que sí es posible, es una decisión moral por la recuperación de nuestro país hacia la democracia, y parar de una vez por todas, el avance del autoritarismo priista. Para ello, es necesario realizar un gran movimiento nacional para la democracia, en donde los liderazgos políticos y los de los factores reales de poder que deseen seguir con la senda democrática, reúnan a todos los opositores, para impulsarlos a realizar acuerdos para la formación de gobiernos de coalición.
Con acuerdos de coalición que no pueden ser formales, porque los tiempos electorales y no lo permiten, se pueden realizar pactos de gobierno que satisfagan a todas las fuerzas opositoras al PRI, dándole la primera estocada a este régimen corrupto que nos agobia.
Una parte esencial de estos gobiernos, es el compromiso a manejarse con absoluta transparencia y apertura a la participación ciudadana a través de gobiernos y parlamentos abiertos, que den la pauta de hacer verdaderas administraciones ciudadanas, en donde el pueblo vigile el actuar del gobierno, que hay rendición de cuentas y se recupere la conducción de las políticas públicas para bien de nuestras comunidades.
Este movimiento nacional es urgente que se realice, debemos subir el nivel de las negociaciones a un entorno nacional, sacándolo de los niveles locales, ya que no están dadas las condiciones de negociación por la propia calentura de las campañas. Este acuerdo es indispensable para la recuperación de nuestra democracia que está en niveles críticos de peligro. Las generaciones del Siglo XX que tanto luchamos para lograr la apertura democrática, tenemos la gran responsabilidad de impulsar dichos acuerdos, lanzo esto como un gran Mayday, que es el grito de auxilio que se usa en la aviación cuando la nave va de picada hacia el suelo.