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No es el mercado, imbécil

No se cómo llamar a lo que hace Peña. Administra mal, gobierna pésimo, se la pasa cometiendo errores y no tiene capacidad de control de daños; nadie se cree su petición de perdón y ahora tiene que defender sus acciones diciendo que es legítimo invitar a un político extranjero, lo que no le quita la torpeza a la invitación. Ah, como hay que decir lo bueno, alguien organizó un mega homenaje a Juan Gabriel. Fanfarrias, ya se pondrá Peña la medalla.

Invitaron a Trump y ahora no saben qué hacer con la avalancha de críticas. Parece interesarle dar una explicación, aunque lo hace a su manera lo que le quita credibilidad. Pero tal vez sus propósitos pudieron cumplirse. Esto lo veremos después de analizar el errático control de daños.

Cómo es su estilo, el gobierno maneja varias explicaciones sobre la invitación. Esta forma de manejar los asuntos distrae la atención e introduce confusión, ¿será intencional? Por lo pronto ya no hablamos sobre los ajustes de crecimiento a la baja, la mala calificación de las calificadoras y las expectativas de un derrumbe mexicano, la salida de inversiones, la caída del peso y la cereza del pastel: el regalo de los energéticos.

Primera versión. Invitaron a ambos candidatos. Esta fue corregida para decir que a Trump lo invitaron varias semanas atrás y a Hillary de última hora para cubrir el expediente.

Segunda versión. Paul Ryan le pidió a Videgaray que invitaran a Trump para evitar que la caída de Trump arrastrara al Partido Republicano quitándole el control del senado. Videgaray negoció con el yerno de Trump. ¿Será cierta la versión sobre la exclusión de la canciller y su posterior enojo?

Tercera versión. La invitación fue para estabilizar los mercados, dándole confianza al mercado –todavía no se quién es ese señor- para el dado caso que Trump llegue a la presidencia. Los mercados están reaccionando con energía a la luz del desastre económico-financiero que está construyendo Videgaray, especialmente el manejo de la deuda, que terminará por explotar. Gane o pierda Trump las cosas no mejoraran, aunque aceptemos que pueden empeorar y si acuden por un rescate financiero, Trump terminará por hundir a México. Hillary hará, como su marido en su tiempo, aquello que sea conveniente para los intereses estadounidenses. ¿Se habrá dado cuenta Peña/Videgaray que Trump no busca ser presidente de México, aunque ellos se arrodillen ante el nuevo emperador?

Ya se instaló la duda sobre la posible reacción de Hillary ante México como respuesta a este gambito político. Y su mensaje por lo pronto muestra dureza.

La verdad es que Peña actúa torpemente a nivel nacional y su falta de habilidad, cordura e inteligencia se traslada a nivel internacional donde actúa con mayor torpeza.

Lo primero que requiere un líder político es el respeto de su sociedad y de sus pares. Las imágenes muestran desprecio de Obama y no sabemos cómo lo tratan otros líderes políticos por falta de imágenes. Es posible pensar que no lo tienen en alta estima, por lo menos a juzgar por lo que dice la prensa, por los recibimientos en sus viajes dónde lo menos que le gritan es asesino, y por el hecho que es evidente en el mundo, la falta de respeto de Peña por los derechos humanos. Así como lo sigue el fantasma de Atenco, el de los 43 de Ayotzinapa lo acompañara en los libros de historia, agregado al desprecio generalizado.

Trump convirtió a México en carta de juego en la elección estadounidense, con la intención de inflamar el odio hacia los migrantes que ya estaba presente en el discurso estadounidense. Peña entró a ese juego poniendo en riesgo los intereses nacionales, porque al intervenir en otras elecciones se tiene mucho que perder, aunque algunos crean que ganan. Si Videgaray soñaba que Ryan influiría para sus aspiraciones presidenciales, pudo llevarse la misma sorpresa que Castañeda que creía que Colin Powell lo haría presidente. Por lo pronto está afuera. Este pensamiento neo-colonial es muy arriesgado y peligroso.

Hay otro factor político ideológico que conviene considerar.

Peña es de extrema derecha y se alineo con esa fuerza al invitar a Trump, así que podrán gritarle lo que quieran, que igual para sus propósitos, que no los del país, la jugada le salió. Si Trump gana, cuánto mejor, estará abierta la puerta para una fuerte intervención de Estados Unidos en la elección de 2018 y posiblemente el pago de un servicio político. Si Hillary gana, tendremos una intervención distinta en nuestra elección. ¿Se refuerza una candidata mujer? Margarita brinca de felicidad.

La política a final de cuentas es un juego donde se apuesta. Y si en este caso, se apuesta con el futuro de los mexicanos que más da, si el futuro personal está asegurado desde hace mucho tiempo.

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