En la antigüedad la boda judía estaba formada por 3 partes, que se deberían de llevar en secuencia. La primera parte se llama Erusin, que quiere decir un compromiso, la segunda es Kedushin que significa santificación y la tercera es Nesuin que significa Matrimonio. En las escrituras, Yeshua (Jesús) es considerado como el novio y su Cuerpo o comunidad (comúnmente llamado la Iglesia) es la novia, y lo remarca el libro de Efesios 5:23 Porque el marido es cabeza de la mujer, así como el Mesías es cabeza de su comunidad, siendo El mismo el Salvador del cuerpo.
Hay una analogía entre la secuencia de una boda judía y la sucesión de Yeshua con las mismas 3 partes, a lo que le llamaré santa comunión, o sea una imagen de compromiso matrimonial.
Erusin un tiempo de compromiso; en la boda judía el compromiso es todo un proceso y al final se sella con una copa de vino, testigos y se firma una Ktuba que en hebreo significa "por escrito". Es un contrato matrimonial donde los novios se comprometen a cumplir con sus obligaciones como casados cumpliendo los mandamientos en la Palabra de Dios en Génesis 2:24 24 Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
Al igual que el novio judío tomó la iniciativa en el matrimonio al dejar la casa de su padre y viajar a la casa de su futura esposa, así Yeshua dejó la casa de su Padre en el cielo y viajó a la tierra, el hogar de su Cuerpo (comunidad); al igual que el novio judío llegó a la casa de la novia con el propósito de obtenerla a través de la creación de una alianza matrimonial, de la misma manera Yeshua vino a la tierra con el fin de obtener a su Comunidad (Cuerpo) estableciendo un Pacto.
Como ya habíamos mencionado al establecer el pacto nupcial, el novio y la novia beben una copa de vino en conjunto al pronunciar una bendición de esponsales. Esta copa de unidad simboliza el sello del pacto, al igual que Yeshua paso la copa de vino entre sus discípulos y dijo: “De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto cuantas veces la bebáis en memoria de mí” (1 Corintios 11:25), Yeshua explicaba que Él establecería un nuevo pacto a través del derramamiento de su sangre en el árbol del sacrificio. Una nota muy similar a la costumbre judía donde el novio pagaba un precio por su novia, Yeshua pagó un precio para comprar a Su novia (el Cuerpo del Mesías) como lo Menciona Saulo en 1 Corintios 6:20 “Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo”
En el momento que esta alianza matrimonial establece que la novia judía debe de santificarse y reservarse para el novio, comenzando el tiempo de Santificación. El novio se va a casa de su Padre a preparar un lugar en donde vivirán juntos, puede ser en casa de su Padre o cualquier lugar y solo el Padre del novio es el que aprueba el lugar. Esto puede tomar hasta más de 12 meses, al igual que el cuerpo del Mesías se ha declarado ser santificado o apartado exclusivamente para Yeshua. Yeshua
murió, resucitó, y está sentado a la diestra del Padre, preparando un lugar y en el momento adecuado regresara por su novia, y nos confirma en el libro de Hebreos 10:10 Por esta voluntad, por la cual hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Yeshua ofrecida de una vez para siempre.
Este período de separación le da a la novia el tiempo necesario para recoger su dote y prepararse para su vida conyugal, asimismo el cuerpo está listo para recibir no solo a su novio sino a su Rey y Salvador, es por eso que debemos de santificarnos y tener manos limpias y corazones limpios como dice el Salmos 24:4 El de manos limpias y corazón puro; el que no ha alzado su alma a la falsedad, ni jurado con engaño. La novia ha hecho todo lo necesario para hacerse hermosa por dentro y por fuera para su novio, no sabe cuánto tiempo debería de esperar al novio, pero debería de estar lista pues el novio llegaría con el sonido de un Shofar (cuerno) y al llegar le gritara de fuera VEN, así como Yeshua nos mandó al Espíritu Santo para preparar a su cuerpo a ser santo y obedientes de acuerdo a la voluntad de Dios.
Como dice en el libro de Apocalipsis 19:7 Regocijémonos y alegrémonos, y démosle a Él la gloria, porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado. Tenemos que estar todos los días preparándonos para que Yeshua venga a nosotros, tenemos que estar preparados en todo momento.
Así como el novio se preparó para la novia y llegó a recogerla, así Yeshua ha hecho un gran esfuerzo para prepararse por nosotros, y tenemos que asegurarnos de que estamos listos para su venida.