Es una tesis común entre economistas del régimen y los políticos, que deben preservarse las condiciones para atraer inversión extranjera. Esta inversión es la que salvará a la economía nacional.
Suena un poco extraño que al referirse a la economía quince del mundo, se sostenga que para crecer se requiere atraer capitales. La pregunta obligada es: ¿Dónde está la riqueza nacional? Una parte sin duda está fuera del país.
¿Por qué se fue el dinero? Algunos dirán que por desconfianza, aunque mucho de ese dinero es de políticos que roban y ponen el dinero a buen recaudo, ya sea en paraísos fiscales o en bienes raíces en cualquier lugar del mundo, aunque prefieren Estados Unidos. O sea que los políticos desconfían de si mismos. Ya dirán parafraseando a Marx (Groucho): “Yo no mantendría mi dinero en un país que yo gobierne”.
Así que una vez más Peña crea, o cree crear, condiciones para atraer al capital, pero este no regresará. Si Trump sigue presionando a las empresas gringas, entonces la cosa se pondrá color de hormiga y ese dinero no vendrá. Los que nos salvan no quieren oír de nosotros. Los que deben protegernos, primero que nada se protegen a si mismos.
¿Y los ricos apá? Aquellos que se han enriquecido fantasiosamente seguirán cuidando su dinero fuera del país, porque más vale dólar en el banco, que extorsión de algún político o criminal, o una combinación de ambos. Y los políticos ni hablar. Eso no tienen solidaridad mas que consigo mismos.