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AMLO, un peligro para Méxic

  • Angulo
  • Mar 8, 2017
  • 3 min read

Ya se ha advertido que el populismo es la mayor amenaza de la democracia, lo que nunca creíamos que iba a pasar, en los mismísimos Estados Unidos, ha triunfado el populismo de derecha, con el desquiciado Donald Trump. Nadie imaginó que ese país, ejemplo del desarrollo de la democracia moderna, cayera en el espejismo de un demagogo, xenofóbico, racista, mentiroso, maniqueo, egocéntrico, expresión máxima de la soberbia.

Con esto, el mundo verdaderamente está puesto en jaque, vamos a ver situaciones inusitadas en la política del orbe, en el comercio internacional, en el medio ambiente y en el balance de poder de consecuencias inusitadas.

Lo peor de todo es que en México, ante este entorno, y con el desencanto causado por las estructuras de poder, como los partidos políticos, los tres poderes de la Unión, principalmente el poder legislativo, la Presidencia de la República y los gobernadores de los Estados, aunado al clima de impunidad e inseguridad que se vive con el crimen organizado penetrando dondequiera, los bajos salarios y la extrema pobreza, la falta de oportunidades, la devaluación del peso, el alza de los combustibles y de la energía eléctrica, que hacen que el monstruo de la inflación nos vuelva a rondar, nos genera una tormenta perfecta para un liderazgo mesiánico, que aprovechará las amenazas que nos vienen del norte de nuestras fronteras, con deportaciones masivas, afectación en las remesas de los mexicanos en el extranjero, impuestos fronterizos, fuga o disminución de inversión extranjera en nuestro país y cancelación del TLCAN.

En 2015, en el capítulo de conclusiones de mi libro intitulado como esta Columna, Última Instancia, escribí lo siguiente:

“…tenemos indicativos de hartazgo, no sólo en la sociedad civil en general, sino de muchas estructuras de poder que han comprendido que no podemos seguir así por tiempo indefinido. Que antes de que sucedan acontecimientos que nos lleven a mayores deterioros en nuestra calidad de vida y perspectiva a futuro, a través de liderazgos mesiánicos o dictaduras militares u oligárquicas, podamos generar una tendencia que haga que las cosas se ordenen. Quizás haya que empezar por algunas regiones del país. Creemos que la transparencia en el quehacer público es un elemento esencial para romper el círculo de la corrupción e impunidad. En ciertas áreas del país tenemos elementos económicos, culturales y de esencia política en donde se pueden hacer estos virajes que manden señales al resto del país de que las cosas pueden empezar a cambiar.”

Esta manifestación expresada en mi libro es una esperanza de que podemos evitar caer en las garras de una dictadura de izquierda o de derecha que nos pueda llevar a entrar en “la moda mundial del populismo”, que acarree grandes deterioros a nuestras libertades y derechos.

Pero para lograrlo va a significar tener que trabajar arduamente a combatir con eficacia el espejismo que se nos presenta con personajes como el de Andrés Manuel López Obrador, que increíblemente, está empezando a generar atractivo ante las gentes pensantes del país, quienes por la desesperación de ver que gobiernos llegan y van, no ven que las cosas mejoren. Por lo que liderazgos como el de AMLO les genera una “esperanza”, del que “hay que darle una oportunidad”, cegándose ante las realidades que hubo en la Ciudad de México bajo su conducción de AMLO como Jefe de Gobierno, en donde imperó la inseguridad, la corrupción, la falta de respeto a la ley y el más ramplón y populista corporativismo para el control político de la ciudad.

Tenemos en México, más que nunca, la oportunidad de poner realmente a trabajar nuestras instituciones, con los Sistemas de Transparencia y Anticorrupción, que han sido erigidos en sistemas nacionales por nuestra Constitución. Con ellos, tenemos la gran oportunidad de combatir y evitar las calamidades de nuestros gobiernos y a los factores reales de poder, a través de la transparencia, los datos abiertos y el Sistema de Gobierno Abierto, que pueden poner a la sociedad misma en la conducción del gobierno y la generación de políticas públicas.

Ahora también, con los organismos autónomos, podemos tener una mayor oportunidad de que nuestras autoridades rompan con ancestrales “mafias del poder”, como las llama el propio López Obrador, como el poder predominante de Televisa recientemente declarado por la Instituto Federal de Telecomunicaciones, y los monopolios combatidos por la Comisión Federal de Competencia Económica.

Pero todo eso, en un instante, en nuestro país particularmente, se puede venir abajo con un gobierno populista de corte mesiánico, que con promesas trumpeanas de regresión hacia el nacionalismo revolucionario, proteccionismo, intervencionismo de Estado, generado por un discurso de esperanza, pureza en el quehacer gubernamental, nos pueda llevar a una regresión de los valores democráticos que lleven a México a la ruina total. Esto verdaderamente representa un “¡Peligro para México”!

 
 
 

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