Peña Nieto parece haber dado la señal sobre su sucesor el que parece será un neoliberal declarado, o alguien que continúe con el modelo que ha arruinado al país.
El neoliberal es Meade, un tecnócrata entrenado en una de las escuelas que sigue el modelo de la Escuela de Chicago y que seguirá el modelo de privatizaciones y concentración de la riqueza.
El continuador será Nuño, este es un seguidor disciplinado que se encargará del avance de las reformas y garantizar los negocios de los políticos que se convierten en empresarios, incluidos sus dos jefes cercanos: Peña y Videgaray.
Narro fue incluido para crear la imagen de que se escucha a la comunidad intelectual, aunque esta no está con él.
Osorio es la concesión al PRI tradicional que seguirá teniendo un pedazo del pastel y luchará con todo lo que pueda, que no es mucho, porque siempre se disciplinan ante el poder presidencial.
Esta jugada del PRI estira la liga agravando los problemas que arrastra el país y motiva a muchos que han sido afectados por el modelo, entre los que se encuentran empresarios medios, las capas medias y las masas desprovistas de futuro para que busquen otro camino.
Con el PRD desgranándose, los partidos bonsái reduciéndose y el PAN que abraza al neoliberalismo, el terreno sigue abonándose a favor de López Obrador que encabeza todas las encuestas lo que muestra su viabilidad. La pregunta es si serán capaces en esta coyuntura para realizar otro fraude electoral.