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Un Paso Más Hacia la Democracia

Última Instancia

¿Cómo podemos avanzar más hacia una democracia efectiva, que sea una democracia que produzca buenos gobiernos, sin corrupción, con compromiso para mejorar las cosas, que produzca bien común?

¿Suena como un sueño? Sí, en efecto, pero podemos lograrlo, o a lo menos, acercarnos a ello. En este Siglo XXI tenemos todos los elementos para ello, pero nos falta uno esencial: la voluntad de hacerlo. Para lograr tener esa voluntad, lo primero que necesitamos es creer que sí se puede; y realmente se puede, estoy seguro de ello.

Para probar mi hipótesis, empezaré por brevemente explicar unos conceptos de política:

¿Qué es la política?: este concepto tiene múltiples definiciones y acepciones, pero para los efectos que nos incumbe, es la ciencia que trata de la organización y administración del poder para el logro del bien común.

¿Qué es el bien común?: son las condiciones externas que todo ser humano necesita para desarrollarse, para llevar a cabo su vocación y cumplir sus anhelos en la vida. Es decir, desarrollar una familia, tener un oficio o profesión, desarrollar un proyecto. En fin, estar en la senda de la felicidad.

Bien, la política, como todo el acontecer humano, se desarrolla a través de conversaciones, que nos llevan a la acción y a la obtención de los logros, que en política son el bien común.

Las conversaciones han tenido una evolución en el desarrollo de la humanidad. Empezando por conversaciones entre dos o más individuos, en comunidades más grandes, como el púlpito en los templos y en los recintos y plazas públicas.

La conversación, inicialmente se masificó con la escritura, a través de la tecnología de la imprenta, en donde se esparció a miles de personas.

En el advenimiento del Siglo XX, con la radio y la televisión, la conversación se masificó grandemente, llegando a millones de personas. Sin embargo, estas conversaciones (imprenta, radio y tv), son de índole unilateral y requieren para su generación altos costos y existe un transmisor y muchos receptores, con poca retroalimentación.

En el Siglo XXI, la conversación sufre una transformación extraordinaria con alcances que aún no comprendemos a cabalidad. Con el desarrollo de las tecnologías de la información, nacieron las aplicaciones necesarias para transmitir conversaciones multilaterales, mega masivas y a muy bajo costo, a través de las redes sociales como el Facebook, Twitter, YouTube, Instagram. Hay otras aplicaciones directamente ligadas a las conexiones de celular, como WhatsApp y Telegram.

La oportunidad que tenemos, es que si aplicamos estas tecnologías a la política, dentro de los entornos de transparencia y datos abiertos que recientemente se han generado en el país, a través del Sistema Nacional de Transparencia y Acceso a la Información Pública, mediante el cual existe ahora mismo alrededor del 85% de la información gubernamental relevante, a nivel federal, estatal y municipal, en donde se puede acceder en la plataforma de Internet SIPOT: http://consultapublicamx.inai.org.mx:8080/vut-web/ podemos generar una comunicación activa de colaboración y cotidiana entre gobierno y ciudadanos.

Para ello, es necesario generar un Sistema de Gobierno Abierto, capacitando a los servidores públicos a interactuar con los ciudadanos, enseñando también a estos a hacerlo de una manera proactiva.

Para ello, es necesario establecer en el gobierno pivotes de comunicación con los ciudadanos, a través de las redes sociales; por páginas web, en donde se transparenten las funciones administrativas de cada dependencia, con su estructura, proyectos, presupuestos, personal dedicado y calendarios de trabajo; así como mediante enlaces telefónicos y de WhatsApp, atendidos todos estos medios por equipos de servidores públicos especializados en transparencia y Gobierno Abierto.

Todo lo anterior, le permite al gobierno y a los ciudadanos nunca más estar separados y mucho menos confrontados, generando conjuntamente, políticas públicas, acciones de gobierno y su conducción, para establecer condiciones de bien común.

De esta manera no se deja solo al gobierno en un ambiente propicio a la corrupción y al aprovechamiento de los conflictos de interés, porque se genera un medio en el que la corrupción es más difícil que se dé y se genera la innovación en procesos y eficiencia gubernamental en beneficio de la comunidad.

El entramado institucional y legal en México para que esto se dé ya está creado, México pertenece a la organización mundial que promueve este nuevo paradigma de gobierno, llamada Alianza para un Gobierno Abierto, la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública tiene un capítulo de Gobierno Abierto. Lo que falta es la voluntad política del gobernante que impulse este sistema.

Los ciudadanos tienen la palabra en las próximas elecciones para exigir esta nueva forma de gobernar, que nos dará la oportunidad de hacer que nuestros gobiernos sean de calidad y produzcan el bien común que todos queremos.

 
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