Todavía no se sabía la extensión del daño por el terremoto del 19S cuándo empezó a circular la versión de que se tomara dinero de las prerrogativas a los partidos políticos para destinarse a los damnificados.
El argumento corrió como la pólvora y ya se hacen comparaciones como los gastos de Peña en su publicidad, los fondos del FONDEN y la fortuna que se llevará la burocracia política, incluidos los partidos políticos y los inútiles del INE.
Por supuesto que los primeros en brincar fueron los partidos, que una vez más demuestra su lejanía respecto a la solidaridad nacional. El argumento era clásico: está en la ley y nosotros no podemos violarla.
Las leyes se hicieron para gobernar y no están inscritas en la piedra, son modificables y con un acuerdo entre partidos se hace en menos tiempo del que les toma complotar para robarse un pedazo de país.
Por supuesto que los partidos piensan que la sociedad olvidará esta nueva agresión y llegará en masa como borregos a garantizarles el su ufructo del partido por otros seis años en 2018.
MORENA es el único que aprobó donar el dinero y de inmediato se le fueron a la yugular.
El argumento es prístino. Ese dinero es nuestro. Se los damos para que no se vendan en secreto a intereses obscuros. Si es así, nosotros se los podemos quitar.
Llegó la hora que ante la tragedia y la desgracia, recuperemos la voz y los políticos dejen de hacer como que les habla la virgen y salgan de la catatonia fingida con la que abusan de nuestros recursos.
Si reprueban esta prueba, debemos recordarlo y quitarles el usufructo que han tenido de nuestro país tantos años.