Última Instancia
Primeramente, Quiero compartirles brevemente mis impresiones de haber estado presente en la Ciudad de México cuando aconteció el terremoto:
La sensación de qué tan insignificantes somos frente a las fuerzas de la naturaleza y que muy poco podemos hacer cuando acontece un temblor. Doy gracias a Dios de que estoy bien.
El temblor me sorprendió cuando iba rumbo a las oficinas en donde trabajé muchos años.
Inmediatamente del temblor, me dirigí hacia el edificio en donde se encontraban mis amigos que iba a visitar para revisar que nada les había pasado.
Saqué un video para compartir, en privado con mi familia y amigos, que mostrara que yo estaba bien y acompañado de mucha gente, que aunque conmocionada por el evento, también estaban bien. Ante el nerviosismo, eso me dio felicidad, y simplemente con una sonrisa, saludé en el video a mis seres queridos.
Al pasar el tiempo, a través de las redes y de la Internet, me fui dando cuenta de la gran tragedia sucedida en otros lugares de la ciudad, y del gran valor y solidaridad que tenemos los mexicanos ante estas tragedias.
Con el trasfondo antes mencionado, y ante las grandes muestras de amor solidario manifestadas por los mexicanos frente a un evento trágico de esta magnitud, me hago las siguientes preguntas, que se aplican a todo México, y muy en particular a mi abandonada Ciudad Juárez, que es un muladar de descuido y desprecio por las autoridades, en los últimos 20 años, explotada por todo el mundo, empezando por muchos de sus liderazgos, por la inversión extranjera y nacional, por el Gobierno del Estado, por el Gobierno Federal, y por los narcotraficantes y malandros.
Sin embargo, tenemos a la Ciudad más productiva per cápita en la República, en donde se producen bienes por más de 50,000 millones de dólares anuales, con gente trabajadora, ordenada, creativa, y que ahora, nos han dado un gran ejemplo de generosidad y solidaridad con nuestros compatriotas que sufrieron los embates del sismo, pero que no ha dado muestras de interés por resolver los problemas que aquejan a nuestra comunidad, fuera de que en las pasadas elecciones, expulsaron al PRI de los gobiernos del Estado y del Municipio.
Entonces me hago estas preguntas, que no son quejas, sino son cuestionamientos inductivos a la acción:
¿Por qué no empezamos a resolver nuestros problemas de inseguridad? Podemos dar muestras solidarias de crear grupos ciudadanos para monitorear lo que pasa en nuestras colonias (existencia de pandillas, asaltos, allanamientos, robos de vehículos, lesiones y homicidios), hacer revisiones del actuar de la policía, hacer recorridos ordenados por las áreas donde vivimos, ver si opera el narco menudeo y realizar reuniones con las autoridades para trabajar conjuntamente en resolver los problemas de seguridad que tenemos.
¿Por qué no revisamos con electricistas las instalaciones del alumbrado público de nuestras colonias, que por meses o años permanece apagado? Podemos hacer revisiones de las instalaciones eléctricas en nuestras colonias y arreglarlas, si el problema es sencillo. Si es costoso, podemos presupuestar qué se necesita para arreglarlas y avisarle a las autoridades municipales.
¿Por qué no hacemos un censo de baches en nuestras colonias y presupuestamos qué se necesita para taparlos? Los ciudadanos podemos organizarnos para arreglar esto y presupuestar lo que se necesita, acudir luego al Cabildo a exigir que estas acciones las haga el Municipio, si salen con que no hay presupuesto, promover convenios para que los vecinos lo hagan, con abono a sus impuestos prediales.
¿Por qué no nos organizamos los ciudadanos para recuperar la enorme cantidad de casas abandonadas y darles uso comunitario? Podemos, para empezar, hacer un censo de las mismas y promover con las autoridades su cesión a la comunidad para poner en esos inmuebles, innumerables centros comunitarios, en donde los ciudadanos de manera solidaria aporten parte de su tiempo libre para realizar todo tipo de actividades en beneficio de la comunidad, como dar clases de cocina, de guitarra, poner centros de lectura, dar clases de ajedrez, de teatro, hacer círculos culturales, y demás actividades que se pueden fomentar.
¿Por qué no desarrollamos actividades productivas en apoyo de la gran industria manufacturera que hay en la Ciudad? En nuestra comunidad hay muchísimas empresas que constantemente necesitan insumos que se pueden proporcionar por los juarenses. Hay muchos ciudadanos jubilados que tienen la experticia para asesorar sobre muchas necesidades que tiene nuestra industria, que al no encontrar respuesta acude a proveedores extranjeros a que les vendan los insumos a precios muy elevados, cuando se pueden conseguir localmente a precios bajos. El proporcionárselos implicaría bajar sus costos de producción, dando oportunidad al incremento de salarios que es muy necesario para el mejoramiento de la economía de la Ciudad.
Estas cosas y muchas más podemos lograr los ciudadanos, si nos lo proponemos