Última Instancia
Por.- Carlos Angulo Parra
Realmente a nuestra generación le ha tocado vivir en grandes momentos de quiebres históricos, le ha tocado presenciar grandes cambios sociales, políticos y tecnológicos. El Siglo XX fue de grandes convulsiones en la historia universal. Tuvimos las guerras más sangrientas jamás registradas, entramos a la era nuclear, nos lanzamos a la conquista del espacio (aunque lo decimos más en términos metafóricos que reales, ya que supuestamente nada más el ser humano llegó a la Luna, acontecimiento que últimamente se ha puesto en profundas dudas). Hemos transcurrido de la revolución industrial a la revolución de la tecnología de la información y de la innovación.
Pero ahora nos encontramos a nivel mundial, en momentos cruciales de definición política y cambio social. En nuestro país, las elecciones del 2018 muy seguramente marcarán la historia de nuestros hijos y nietos. Es por ello, que no debemos los ciudadanos dejar que las cosas fluyan al azar. Si lo hacemos, por un lado, muy seguramente quedaremos en manos de la “Mafia del Poder”, descrita por López Obrador, y por el otro, quedaremos en manos del mismo mesiánico, que seguramente nos llevará a un populismo rampante del cual nos costará muchos años salir de él.
Es por ello, que debemos de tomar conciencia que ahora más que nunca los ciudadanos debemos de participar para que se seleccionen a los mejores candidatos para ocupar los puestos de elección popular.
Hay que recordar que las tendencia natural de los partidos políticos ha venido siendo en los pasados años la rotación del poder por pequeños grupos que se han venido repartiendo las principales posiciones de elección popular, haciendo caso omiso de sus virtudes, cualidades, desempeño y honestidad de los candidatos, excluyendo a muchas personas que llenan los requisitos de entrega, integridad, compromiso y capacidad que desean los ciudadanos para sus políticos. Ello ha venido ocasionando que muchos ciudadanos de bien se hayan alejado de los partidos, en el mejor de los casos, y de la política en muchas ocasiones, ocasionándose un deterioro en la calidad de la política, y por ende, en lo que produce, aumentando enormemente los niveles de corrupción, las oportunidades de crecimiento económico, el deterioro de la seguridad y el aumento de las desigualdades en nuestro país.
Es por eso, que instamos a las asociaciones de la sociedad civil, a los empresarios, a los padres de familia, a las organizaciones sindicales y campesinas, a participar activamente para impulsar a los partidos políticos y a los ciudadanos independientes a que seleccionen a los mejores hombres y mujeres a inscribirse para participar como precandidatos en los procesos de selección de abanderados a contender en los puestos de elección popular.
El Frente Ciudadano por México, integrado por mi partido el PAN, así como por el PRD y Movimiento Ciudadano, han dado el primer paso para combatir el que se repitan los gobiernos del PRI, que ahora pretenden presentar a José Antonio Meade, hombre supuestamente sin partido, pero que proviene del sistema generado por el PRI, que ha sido el gran causante de la creación de este sistema corrupto que padecemos, de la antidemocracia que ha imperado en los gobiernos emanados de él, presentándolo como alguien que el PAN palomeó para formar parte del gobierno del Presidente Felipe Calderón.
Pero por más méritos técnicos y profesionales que tenga Meade (como los tuvieron Salinas y Zedillo), no pueden contrarrestar ni cambiar el sistema creado por el PRI, que nos ha tenido inmersos en el Tercer Mundo, y en los primeros lugares mundiales en corrupción.
El Frente Ciudadano por México también pretende que no caigamos en el canto de las sirenas que ofrece López Obrador con su discurso populista ramplón que tiene mucho pegue para quien no lo conoce a fondo.
Pero no debemos olvidarnos que para que el Frente verdaderamente genere, no un voto anti AMLO, sino que cree la esperanza que haga que la oposición al AMLO y al PRI tenga éxito, será necesario abrirlo a la democracia de sus militantes que lo integran y a los muchos ciudadanos que quieren participar en política para verdaderamente contribuir en la generación del Bien Común que todos buscamos, y que nos lleve a generar el quiebre histórico hacia la continuación de la democracia que produzca frutos para nosotros, para nuestros hijos y nuestras generaciones futuras.