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Imposición

La pandilla de Atracomucho logró imponer a su candidato en el PRI. Uno más en el linaje de neoliberales entrenados en Estados Unidos que aplican al pie de la letra la receta para privatizar, concentrar la riqueza y empobrecer a la sociedad.

La pregunta era que harían las bases del PRI ante la imposición y ya empezaron las disciplinizaciones a los que se rebelan para que no cunda el mal ejemplo en el país.

El primer caso ha sido Morelos y el mensaje ha sido que los candidatos se determinan en el centro del país. Que a nadie se le ocurra ni por equivocación que el PRI pudo haberse acercado a la democracia. Si impusieron a Meade este impondrá a su corte de candidatos como hizo en la CDMX.

Meade no es un hombre de partido y aunque necesita a los operadores políticos para que le acarreen votos, seguramente les debe tener pánico porque no los conoce.

Hay una gran diferencia entre saberse mover en los corredores de la burocracia y el poder y navegar en la política de masas, cuestión que el viejo PRI sabe hacer a las mil maravillas.

La paradoja en la que se mete Meade es que tendrá que repartir el poder y para eso hay que considerar a los factores locales de poder.

De por sí, al PRI en las encuestas le va mal. Meade no rebasa el tercer lugar y su candidato en CDMX se llevará una gran sorpresa. Supongamos que logran comprar la elección presidencial, todavía pueden llevarse una gran derrota en el poder legislativo y encarrerado el ratón, al gato le puede ir muy mal. Que recuerde como Calderón no pudo gobernar sin el PRI.

No es suficiente la imposición para asegurar todas las lealtades y para eso se requiere mucho queso.

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