Las Señales del Debate
- Carlos Angulo Parra
- Apr 25, 2018
- 3 min read
No cabe duda de que el reciente debate de los candidatos presidenciales nos llevará a tener un criterio más amplio sobre nuestras preferencias electorales. Rápidamente, les puedo decir mis primeras impresiones que tuve al bote pronto el día mismo del debate: Ricardo Anaya, fue inteligente y contundente; José Antonio Meade, se vio también inteligente, pero poco creíble por estar con el PRI. López Obrador, se vio mal en pantalla, como obsoleto, incongruente, acabado y se hizo la víctima; Margarita Zavala, no pudo remontar con el estigma, justo o injusto, de Felipe Calderón, su marido, el Bronco, simplemente, nos divirtió.
Pero visto el debate después de oír y leer múltiples comentarios, me deja una fuerte convicción y me da una clara impresión, de que pase lo que pase, los seguidores de AMLO jamás cambiarán su apoyo a él, inclusive, si llegare a cometer errores graves como los que cometió en las dos elecciones previas.
Entonces, ¿cuáles son las señales que el debate manda a los ciudadanos que no están decididos a quién apoyar o que apoyan a partidos o candidatos distintos a López Obrador?, creo que la principal señal enviada a esos ciudadanos es que AMLO es una persona impreparada para gobernar a nuestro gran país. AMLO en el debate realmente se vio mal, sin tener contundencia alguna, con sus típicos clichés de que “las escaleras se barren de arriba hacia abajo”, y su tendencia a victimizarse.
Sin embargo, la señal más importante que debemos de seguir los ciudadanos, es que hemos llegado a un nivel de hartazgo que nos puede llevar a la irracionalidad casi suicida, con tal de no continuar con el sistema político corrupto, abusador e insensible que hemos venido sufriendo en México en muchísimos años, que antes del advenimiento de las redes sociales, cuando se controlaban absolutamente los medios de comunicación, era difícil para la población enterarse de las atrocidades cometidas por los gobernantes en el desempeño de su función.
Ahora bien, la señal más importante que el debate manda, sobre todo a Ricardo Anaya, quien estimo que se consolidará como el más serio contendiente de AMLO, es que, para poder ganar la elección, va a tener que ser más disruptivo. No solo le bastará mostrarse como moderno, joven y con visión de futuro, sino que tendrá que mostrarse anti-sistémico.
Ricardo Anaya tiene que deslindarse de inmediato de la existencia de una vergonzosa convivencia del PAN con el PRI, a partir del triunfo de Fox. El estigma del PRIAN ha venido persiguiendo a Anaya y a su partido. Estimo que esta situación ha mantenido dubitativos a los indecisos, ellos están esperando señales más claras de Anaya, de que va a hacer que las cosas cambien. Lo que menos quieren los mexicanos es tener otro fiasco tipo Fox, quien mantuvo vivos y coleando a las teporacas y mapaches del PRI, principalmente a los corruptos gobiernos bajo los gobernadores de los estados.
Si Anaya se presenta claramente como una persona que va a tener un comportamiento de cero tolerancia hacia el incumplimiento de la ley, pero también, en que cambiará el paradigma esencial de gobierno, ampliando a la democracia a la participación estructurada de la ciudadanía en las acciones de gobierno, quitándole su carácter de espectador y beneficiario pasivo de las mismas.
Pero, sobre todo, es necesario que Anaya, se concentre en uno de los principios esenciales de la ideología panista, que es el principio de subsidiariedad, consistente en que el gobierno tiene que intervenir en la sociedad, única y exclusivamente cuando la sociedad no pueda solucionar sus problemas más que con la intervención del gobierno.
Anaya se tiene que enfocar en disminuir el gasto gubernamental, moviéndose de un esquema asistencialista a un esquema libertario. Es decir, dejar que la sociedad sea la que se encargue de solucionar sus propios problemas. Esto hará mucho más sencilla la reforma fiscal. El gobierno debe permitir que la economía se maneje desde lo privado, haciendo que el ciudadano retenga lo que produce, impulsando las actividades económicas a través de los capitales privados, bajando los impuestos para incentivar el crecimiento del país.
Si Anaya no es claro en su oferta política, si no ofrece a los mexicanos algo fácil de entender como el hecho de que más vale tener todos dinero en nuestras bolsas, y hacer que los costos de operación bajen para que los salarios suban. Es decir, tener una oferta en donde todos salgamos ganando, va a ser muy difícil romper con la falsa ilusión que genera el líder mesiánico de López Obrador. Confío en que Ricardo Anaya comprenda lo anterior, para el bien de todos los mexicanos.
Comments