Con los neoliberales se reforzó la oligarquía. 33 familias controlan una gran porción de la economía nacional y se han acostumbrado a manipular al gobierno para que les de contratos, les devuelva impuestos y apruebe leyes que les convienen.
Sus grandes inversiones en el país son imaginarias, el mayor empleo lo generan micro, pequeñas y medianas empresas, no ellos. Y como dijo AMLO son rapaces.
Ahora están tratando de manipular a los candidatos para que no gane AMLO y seguramente están detrás de la guerra sucia. Ni hablar de los donativos ilegales para las campañas. Uno le donó cinco millones a Zavala, lo que es ilegal. El de Bimbo ha financiado al PAN por años.
Esos vampiros que han chupado la sangre nacional deben ser frenados. Deben pagar impuestos como todos, y no gozar de privilegios. Si fugan su dinero a paraísos fiscales, Hacienda deberá ajustarles las cuentas.
La nueva opción que requiere el país es terminar con el régimen de privilegio para empezar a emparejar el terreno.
Atomizar los contratos gubernamentales para distribuir la riqueza. Basta de tener pocos billonarios y millones de pobres.
No podemos permitir que estos delincuentes empresariales pretendan hablar en nombre de todos los empresarios del país.
Muchos están hartos de que esos pocos copen las oportunidades económicas y no dejen caer ni migajas, porque para eso se alían a socios internacionales.
Un nuevo modelo para el país reclama una nueva calidad de vida para la mayoría y cerrarle el camino a esos voraces que se sienten dueños de vidas y economía.