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Memorial

Los estadounidenses acaban de conmemorar el día del recuerdo (memorial day) con el apropiado estilo de tener un día de asueto, ofertas de ventas con descuento y ceremonias de recordación, en ese orden. Aunque a la mejor las ofertas deberían ir en primer lugar.

El caso es que muchas generaciones de estadounidenses cuentan con muertos y alguien a quien recordar porque desde su gestación como nación han pasado muy poco tiempo sin guerras, tal vez porque los que huyeron de la persecución religiosa en Europa decidieron desquitarse y copiar el modelo imperial, del que no estaban molestos. Luego les entró la noción de que hay un destino manifiesto para conquistar el mundo lo que implicaba ser policía, amo y señor.

Muchos o todos murieron supuestamente por su gran patriotismo, lo que debe tomarse con cuidado porque cuando hay conscripción obligatoria, al soldado que no quiere morir por causas que no entiende, le queda la opción de desertar o tener que huir del país, como sucedió frente a la guerra de Viet Nam.

Al fin de la conscripción obligatoria, el servicio en las fuerzas armadas se convirtió en un medio de movilidad social para muchos que no tenían oportunidades en un medio social que los condenaba a la inopia y el hundimiento social y económico. La promoción así lo estipulaba. La mercadotecnia desarrollada ofrecía cosas muy concretas: “Join the Team That Makes a Difference. Find Out What it Takes at GoArmy.com. Specialized Training · Competitive Benefits · Tuition Assistance · Leadership Development”

Únete a los ganadores, te entrenamos, te ayudamos con la colegiatura y te haremos líder. Luego los reclutas descubrieron que entre las oportunidades estaba la de ir a morir en zonas lejanas que seguramente no podrían localizar en un mapa. El estadounidense promedio no puede localizar su Estado en un mapa. Durante las olimpiadas de Atlanta se negaron a vender boletos en Nuevo México porque no tenían operaciones internacionales.

Sin embargo, honrar a los caídos tiene un gran valor simbólico y espiritual, porque aún cuándo las guerras son manipuladas sirven para unificar a la sociedad.

Pero hay igual otras ceremonias de recordación, como por ejemplo el Yom Ashoa que recuerda a las víctimas del holocausto nazi, con la frase del NUNCA JAMÁS que no compete como muchos creen exclusivamente a los judíos, porque la locura hitleriana regó víctimas por el mundo, arrasando igual a comunistas, homosexuales, curas católicos y todo aquel que tuviera la sensatez de oponerse o criticar la oligofrenia de quién intentaba apoderarse del mundo a toda costa.

Paralelo al recuerdo para que esos eventos no sucedan están los intentos para enterrar el recuerdo. Un caso emblemático es el del gobierno turco que intenta eliminar cualquier mención al genocidio Armenio, y que ha amenazando a Israel debido a que el parlamento israelí ha reconocido el suceso como un holocausto. Elif Shafak muestra en su magnifica novela La Bastarda de Estambul cómo los turcos han eliminado de la historia el holocausto armenio.

Enterrar los abusos del pasado mantiene la puerta abierta a los del presente. Los Museos de la Tolerancia aciertan al señalar todos los genocidios, llevándonos a la posición de rechazar todos los esfuerzos de limpieza étnica. Hoy prácticamente no hay judíos en los países musulmanes.

Y finalmente llego a México, dónde las víctimas tienen que convertirse en activistas para demandar justicia, porque el gobierno se afana en enterrar en el silencio a los cientos de miles de víctimas, porque no se trata solamente del asesinado o desaparecido, sino de sus familiares y amigos. Hoy en día en México no existe una sola persona que no tenga una víctima directa o conozca a alguien que ha sufrido el embate de la violencia y la corrupción.

Y sin embargo, en lugar de erigir un gran memorial de las víctimas, en la Ciudad de México hay un remedo al que cuesta mucho trabajo acceder. Mientras el gobierno hace malabares para esconder el tamaño de la tragedia humanitaria que vive el país.

La sociedad parece no estremecerse o sorprenderse de los datos cotidianos sobre asesinados, secuestrados, desaparecidos y la falta de acción frente a los abusos cometidos por las fuerzas policíacas, militares y la marina. Cada día hay más grupos sociales que se arman para suplir la inacción gubernamental o la asociación que tienen fuerzas del Estado con los criminales, grupos a los que el gobierno criminaliza. Ahí cabe la embestida de Meade contra Nestora Salgado.

Se requiere un día mundial para recordar a las víctimas de la intolerancia, del abuso, del racismo, de la discriminación, del crimen, del Estado.

Se requiere de una limpieza generalizada del envenenamiento social y el enturbiamiento de las buenas conciencias.

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