Cuándo López Obrador llamó a alertar sobre la rapacidad de una minoría, los oligarcas movilizaron a sus títeres: algunos líderes de cámaras empresariales levantaron la voz, logrando el eco de los jilgueros que el gobierno con dinero público ayuda a aceitar.
Ahora dan un paso adelante y abiertamente llaman a sus empleados a no votar por López Obrador. El gobierno hizo una mención tímida en contra de esa manipulación, dijo que no se debía inducir el voto porque no le quedaba otra opción, mientras el INE muestra su sumisión política y determina que están ejerciendo su libertad de expresión. Si aprobaron a Margarita y el Bronco con firmas falsas también aprueban a los oligarcas violando la ley.
Pero no es libertad presionar empleados para que voten en cierta dirección. Es simplemente violar la ley, es un delito. Pero alguien pu$$$$$o una venda en los ojo$$$ de los consejero$$$$.
Pero más importante es lo que han mostrado muchas voces: esta oligarquía paga salarios de hambre; uno de ellos prefirió dejar enterrados a 45 mineros antes que gastar para rescatarlos; y está fugando su capital para desestabilizar el peso y ya anunciaron que lo seguirán haciendo si AMLO gana.
Ahí está el verdadero peligro para el país
Una rapacidad que no sacia su gigantesco apetito, que megalomaniacamente los lleve a ser de los hombres más ricos del mundo. Es inaceptable que 33 familias manipulen la política nacional mientras 60 millones sufren de hambre.
Es hora de frenar esa rapacidad.