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Moreno Valle: Complot contra México

El cacique poblano responsable de la violencia que manchó la jornada electoral en julio de 2018, ha tratado de mostrarse como el “General Glorioso” que los grupos de la derecha mexicana anhelan. En la nueva disputa por la dirigencia del Partido Acción Nacional, Moreno Valle reúne el cinismo, corrupción, violencia y clasismo más característicos de la oligarquía conservadora mexicana. Moreno Valle busca retener Puebla como trampolín económico y político de sus aspiraciones futuras. Su dominio en la entidad se basa en la estructuración de un corporativismo caciquil que tiene su origen en el “Pacto de Honor y Justicia” signado por Maximino Ávila Camacho –Cid Campeador de los Poblanos de Puebla–.

Ernesto Zedillo no detuvo a Roberto Madrazo, el resultado fue una constante debilidad a lo largo de su sexenio y el encumbramiento del Grupo Atlacomulco. Zedillo se sostuvo al margen de la ingobernabilidad todos los días de su periodo y necesitó entregar el poder a la oposición para mantener un espacio de influencia. Vicente Fox no toleró al cacique yucateco Cervera Pacheco; empero, dejó que otros señores feudales jugaran a sus espaldas, su gobierno se transformó en la impotencia plena. La situación fue incómoda para ambos presidentes; ni que decir para los demás, la sociedad mexicana se volvió rehén de los poderes fácticos. El Feuderalismo de los gobernadores terminó por postrar a la nación.

López Obrador cometería un suicidio si no confronta a Moreno Valle. AMLO ha sido víctima –como la mayor parte de los mexicanos–, desde siempre, del racismo, despojo y terrorismo que distingue a este tipo de camarillas. Si Morena y los grupos progresistas que colaboran con el lopezobradorismo no se enfocan en detener el movimiento neofascista que se desarrolla en Puebla bajo la batuta del morenovallismo, es necesario que se preparen entonces para cualquier escenario: desde el magnicidio hasta el golpe de estado. No es la primera ocasión que los grupos oligárquicos conservadores de Puebla pretenden destruir la república, su oposición a los avances liberales y sociales es sistemática, su preferencia por los jefes dictatoriales es común y su actitud antidemocrática permanente. Allí está la experiencia misma de Maximino Ávila Camacho quien, incluso después de muerto, se mantuvo provocando problemas hasta que su grupo político alcanzó la presidencia de la república. De haberse aniquilado el avilacamachismo de la mejor manera, a lo mejor, hasta el 2 de octubre de 1968 se hubiera evitado.

El neoavilacamachismo reúne lo mismo grupos clerofascistas, hispanistas, libaneses y huachicoleros que harán todo lo posible por hacer fracasar el nuevo gobierno del país. La Puebla reaccionaria va a resugir, con todas sus fuerzas, en contra México. Ahí está, de nuevo, Maximino Ávila Camacho y su Gustavo Díaz Ordaz, el tenebroso Señor Jenkins y sus proyectos privatizadores Smart, Pablo Vázquez Vizcaino y sus guardias blancas que le dan testimonio y esperanza al catolicismo integral intransigente. Moreno Valle es experto en destrozar la democracia, para nada valoró la confianza que la ciudadanía entregó en 2010. Inmediatamente hizo a un lado los proyectos ciudadanos y la buena fe de quienes votaron contra el PRI. Sin embargo, nadie puede llamarse ingenuo o engañado; ahí estaba la historia de un linaje opresor. Familias como esta, no cambian. Varias veces hemos visto en la época contemporánea de Puebla la forma en que se cumplen las normas del poder; José Alarcón Hernández ha sido más transparente que cualquier politólogo institucionalista y filósofo electoral que pretendan defender el IEE.

¿Qué le toca hacer a López Obrador? Debe confrontar una estructura conservadora de poder, una oligarquía confesional que preserva sus linajes y creencias desde la época colonial. Si Andrés Manuel López Obrador olvida Puebla, esto le acarrearía varios problemas al país. Si, como el Gral. Lázaro Cárdenas, permite que el neoavilacamachismo se consolide, estará dando la pauta para que el embrión de la hiedra conservadora se extienda de nuevo. No corregir las cosas en Puebla implica que pronto un Díaz Ordaz llegue a la presidencia de la república.

La palabra de AMLO debe cumplirse en Puebla, México está obligado a no olvidarse de la entidad. El futuro del país exige que cacicazgos como el morenovallismo y sus camarillas sean eliminados.

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