DIVAGACIONES DE LA MANZANA
Ahora, que está en el banquillo de los acusados la tan traída y llevada reforma educativa, vienen a mi ideas y reflexiones que comparto con ustedes, sobre todo por lo que ocurre venturosamente en Japón en materia de educación.
En primer lugar, creo que si se quiere eliminar el proyecto de reforma educativa, realizado en el sexenio anterior, no debiera soslayarse ni omitirse en su totalidad. Hay que exatraer y rescatar aquellos conceptos, criterios y políticas públicas que sean benéficas, así como modificar y perfeccionar los apartados que los especialistas en el tema juzguen por igual pertinentes. Y no los legisladores que suelen ignorar o saber muy poco de los asuntos que supuestamente discuten y ponen luego a votación, tantas veces con parcialidad partidista.
Esperemos entonces que se proceda a un análisis imparcial y que las distintas opiniones se valoren y aprovechen al máximo.
Es preciso también mirar más “allá de nuestras fronteras para conocer modelos educativos de otros países e introducir avances y fórmulas probadas que han aportado elevadas y múltiples aportaciones a sus educandos y a la propia sociedad.
Aludo por tanto a un documento al que tuve acceso y rige el sistema de educación pública en la nación japonesa, tan reconocida por sus avances y éxitos de carácter tecnológico, científico y económico.
De hecho, se trata de diez claves, que explican su avanzada educativa y que si bien todos son importantes solo he de referir las que me parecen esenciales, así sea sintéticamente, no sin antes mencionar una serie de valores que la sustentan: disciplina, trabajo en equipo, meritocracia, civismo, adaptación a las características culturales y sociales, respeto a las tradiciones y amor a la patria.
Las claves, decíamos, han sido: la revisión de las directrices cada 10 años; una legislación estable y duradera; gratuidad; respeto a las normas; fomento del esfuerzo individual y colectivo más que a la inteligencia; razonamiento sobre memorización; estudio unido al desarrollo de tareas comunitarias (por ejemplo, preparar comidas escolares, limpieza de aulas, asistencia en grupo a museos, conciertos, y eventos deportivos, etc…); desarrollo de la ciencia, amplitud de horarios dedicados al estudio; deberes en vacaciones (muy cortas) que ellos mismos eligen; respeto a los maestros que están preparadísimos, con formación continua y que son de los mejor pagados; y corresponsabilidad de los padres de familia, pues cuando un niño fracasa se considera un fracaso familiar y de la institución correspondiente.
¡Qué maravilla verdad!, y por eso Japón es una verdadera potencia en nuestros días y ciertamente con un lugar privilegiado en el futuro mismo. Ya seguiré en mi próxima colaboración abundando en tan crucial tema.
No nos tardemos ya y aprendamos de ellos.