Última Instancia
En relación con los acontecimientos del pasado jueves en Culiacán, me da tristeza que es un pretexto más para polarizar a los mexicanos. Ello me llama a considerar que todos los mexicanos estamos de acuerdo en que en nuestro país se cumpla con los siguientes fines y principios:
Que la principal y primordial actividad del gobierno es el darnos seguridad y justicia.
Que debe de haber un orden institucional con un Estado fuerte.
Que el Estado tenga el monopolio de la fuerza.
Que se debe de respetar la Constitución.
Que nadie ni nada debe estar por encima de la ley.
Que no debe haber impunidad.
Que se debe prevenir y combatir la corrupción.
En última instancia, que debemos de respetar el Estado de Derecho.
Que no debe de haber privilegios.
Que debemos de fomentar la paz.
Que todos debemos pagar impuestos.
Que debe de haber transparencia en las acciones de gobierno.
Que todos los que usan recursos públicos tiene que transparentar su destino.
Que debe de haber rendición de cuentas.
Que debe de haber eficacia en el gobierno.
Que el gobierno debe de fomentar la solidaridad en los mexicanos.
Que se debe impulsar y cuidar la democracia y la participación ciudadana, a través de un Gobierno Abierto.
Que no debe de intervenir el gobierno en donde los particulares puedan actuar.
Que se debe de respetar la propiedad privada.
Que se debe de respetar los derechos humanos.
Que se debe de fomentar las actividades empresariales privadas.
Que debe de haber austeridad en el gasto público sin perjudicar la eficacia del gobierno.
Que el gobierno debe procurar el bien común de todos, cumpliendo con sus funciones de seguridad y justicia, servicios públicos, infraestructura, comunicaciones, educación, servicios de salud, vivienda, cultura y esparcimiento.
Creo que de los puntos arriba enunciados pocos podrían estar en desacuerdo con ellos. La situación es que de qué manera el gobierno pretende llevarlos a cabo.
Si los mexicanos nos concentramos primero en los fines, y luego en los cómos, creo que podemos partir de un buen punto de reconciliación nacional. El presidente tiene la oportunidad de enfocarnos en esos fines con el gran liderazgo que tiene.
Si el fin del presidente es distinto y no desea esos fines, sino que desea antes consolidar un poder para llevar a cabo acciones que no cumplan con uno o varios de los fines anteriores, entonces sí tenemos un problema grave en el país, y tendremos que luchar para que eso no suceda.
No quiero, por ahora, meterme en el berenjenal de decir si una u otra cosa que está haciendo el presidente va en contra de los fines anteriores. Lo que sí puedo decir, es que, si el presidente ha llevado a cabo acciones que contravienen esos fines, ahora, ante lo sucedido en Culiacán que considero que es coyuntural, es tiempo de que rectifique y se enfoque en la consecución de dichos fines, sin afectar a los otros fines y principios que antes enuncié.
Si los mexicanos vemos que hay buena voluntad y disposición a llevarlos a cabo, el presidente puede generar un verdadero movimiento de regeneración nacional. Por el contrario, si vemos que no hay buena voluntad, hay una mala disposición y lo que se quiere es una manipulación política para consolidarse en el poder y cambiar a una mafia por otra, entonces estaremos en un gran problema en donde los mexicanos debemos luchar para que no suceda.
Si las urnas le dieron a AMLO un claro mandato para gobernar, fue para que se cumplan los fines que arriba enuncié, no para que nos desgarremos en una guerra entre bandos opuestos que no me atrevo a etiquetar, porque el hacerlo nada más abona a la separación de los mexicanos y eso genera encono que nos lleva a resultados totalmente opuestos a los fines que queremos lograr.
Si caminamos con rumbo a logra esos fines, tendremos paz, crecimiento económico y bienestar para todos que nos lleve al Bien Común.