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Protestémos

Divagaciones de la Manzana

No sólo por razones de género, sino por un sentido de justicia social, respaldo y me solidarizo plenamente con la causa de las mujeres frente a la violencia que sufrimos, especialmente frente al horror de los feminicidios.

Qué bueno que este viernes pasado, cuando paradójicamente se registraba el 14 de febrero, Día de la Amistad y el Amor, se expresaron pública, airada y justificadamente miles de mujeres que no ven acciones suficientes y eficaces contra el acoso y el crimen generalizado contra nosotras.

Todavía, en la llamada conferencia “Mañanera” el propio Presidente de la República quiso soslayar esa demanda ya tan generalizada de nuestra sociedad, si bien trato de rectificar ahí mismo y retomar el tema para darle la importancia que tiene y que demandamos todas las mujeres.

La protesta no sólo se extendió a las propias autoridades, tanto las federales como las de la ciudad de México, así como la de las diversas entidades federativas, pues abarcó también merecidamente a algunos medios de comunicación que dieron cabida en sus contenidos a imágenes propias del morbo, sobre el asesinato de Ingrid.

Así, la escalada de mujeres asesinadas, que año con año se ha incrementado escandalosamente, carece de respuestas contundentes para detenerla e irla disminuyendo significativamente como lo exigimos ya.

Su caso, muestra también la carencia de acciones preventivas y una necesaria reforma legal sobre el feminicidio entre muchas otras, ya sea intensificar las campañas de comunicación social y hasta mantenerlas en los medios permanentemente, a la vez que una revisión de los planes de estudio en la educación básica para alentar la equidad de género y el respeto a la mujer.

No basta entonces recitar un catálogo de buenas intenciones y lleno de generalizaciones como hasta ahora el gobierno ha tratado de posicionar frente al gran problema que tenemos, exhibiendo vacíos, irresponsabilidad, omisiones y falta de compromiso.

Necesitamos desarmar en su totalidad ese monstruo que se ha construido durante décadas y se llama Reinado Patriarcal, que de entrada siempre exime a los hombres como victimarios y transfieren la culpabilidad a la mujer cuando somos justamente las víctimas, además de sus consabidos latrocinios, exclusiones y agresividad.

De todo ello, las mujeres hemos tomado nota y seguiremos advirtiendo a las autoridades de sus rezagos, ineptitud y complicidades, además de que como bien sabemos tenemos un voto que expresar en el 2021 para refrendar lo que queremos y no esperar más, atenidas a promesas incumplidas negligencia y desgobierno o como ya se ha dicho: “Ni una más”.

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