Todo en política es político. Esta verdad de Perogrullo es para aquellos que piensan que las acciones del gobierno pueden ser no políticas.
Muchos tratan de ver un diseño político en la forma como se maneja la acusación contra Emilio Lozoya, y hasta se regodean diciendo que en política no hay casualidades, aunque si las hay.
Mal haría el gobierno si no maneja la acusación buscando la mayor ganancia política, peor haría si la maneja negociando la ley y violentando el maltrecho Estado de derecho.
En las próximas semanas estaremos recibiendo videos, confidencias, filtración de elementos de la acusación que lleven a mostrar a los rufianes del PRIAN como lo que son, y eso por supuesto que conlleva un cálculo político buscando maximizar la ganancia.
En un país dónde los políticos se acostumbraron a espiarse, dónde se grababan entre sí, tal vez como su seguro de impunidad, es posible que muchos se animen a filtrar videos o secretos para dañar al otro, o que entreguen sus grabaciones para negociar indulgencia.
Posiblemente la gran ganancia de este proceso sea el fin de la omerta, de esa perversa ley del silencio que acataban los políticos asumiéndose como mafiosos, y las filtraciones servirán para viejos ajustes de cuentas, que debe haber a montones, para nuevos ajustes de cuentas, o para tratar de conseguir una tabla de salvación, y todo eso es, pura política.