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Sarcasmos

El enemigo es el miedo. Creemos que es el odio, pero realmente es el miedo.

UNA PLAGA INESPERADA Se reporta como plaga urbana una especie supuestamente “simpática”: las ardillas, que están invadiendo los jardines, los camellones, los árboles y a veces hasta algunos lotes de esta Corruptitlán de mis Pecados: la ciudad de México. Reacción del Jártur: “Vivo junto al bosque de Tlalpan. Sólo me separa de él un arroyo vehicular. Las ardillas son una plaga que se come hasta los cables de la luz. No darles de comer es importante. No son mascotas. Como las ratas (su pariente cercano, también roedores), muerden y transmiten enfermedades. Sin embargo, al exterminarlas con veneno, también mueren tlacuaches y demás fauna. Los tlacuaches son el único marsupial en América; parece que existen antes que el hombre; son inmunes a la mordida de la serpiente cascabel; creo que en mi jardín hay un nido y son bellísimos. Son mañosas las ardillas, una se le aparecía a mi ex esposa por la ventana de la cocina, le enseñaba su panza embarazada para que le diera de comer. He llevado a curar tlacuaches cuando los hieren perros. En mi higuera he sorprendido a algunos llevando higos. En el bosque veo tarántulas, víboras, cuyos, alacranes, etcétera. Cuando los encuentro en mi sala, los pongo en un vaso y los regreso al jardín.”

TLACUACHE Wikipedia: “Tlacuache, clacuache, tacuache, tacuacín (nahuatlismo de tlacuatzin) es el nombre dado en México y Centroamérica a las zarigüeyas, mamíferos marsupiales del orden Didelphimorphia. Se alimenta de cualquier cosa. Es en esencia carnívoro pero ha generado hábitos omnívoros. Se alimenta de roedores, pájaros, insectos y también de frutos, desperdicios, huevos y gallinas, retoños de plantas y semillas, etc.

MUGRE EN TODOS LADOS La extrema falta de higiene en la Edad Media. https://marcianosmx.com/extrema-falta-de-higiene-edad-media/

“Todo era reciclar. Había gente dedicada especialmente a recoger los excrementos de las fosas sépticas para venderlos como abono. Los tintoreros guardaban la orina en grandes recipientes, que después utilizaban para lavar pieles y blanquear telas. Los huesos también eran triturados para hacerlos abono. Aquello que no se reciclaba era tirado a la calle, porque los servicios públicos de limpieza urbana y sanidad no existían o eran insuficientes. Las personas tiraban su basura y residuos en cubetas por las puertas de sus casas o castillos. Imagínate la escena: el sujeto despertaba por la mañana, tomaba el orinal y lanzaba el contenido por su propia ventana (de ahí el grito de advertencia: ¡¡¡AGUAS!!!).

“La pestilencia que las personas desprendían por debajo de sus ropas era disipada por los abanicos. Pero sólo los nobles tenían el privilegio de poseer lacayos para hacer dicho trabajo. Además de disipar el aire, también servían para ahuyentar los insectos que se acumulaban alrededor. El típico príncipe de cuento de hadas hedía más que su caballo.

“En la Edad Media la mayoría de los matrimonios se celebraban en junio, porque el primer baño del año era tomado en mayo; así, la hediondez de las personas era todavía tolerable. Como algunas personas apestaban más que otras o simplemente se rehusaban a tomar el baño, las novias solían llevar ramos de flores al lado de su cuerpo en los carruajes para disfrazar el mal olor. Volviéndose, entonces, una costumbre celebrar los matrimonios en mayo, que es considerado el mes de las novias, y que de allí naciera la tradición del ramo de flores.

“En los palacios y casas de familia la existencia de baños era prácticamente nula. Cuando surgía el llamado de la naturaleza, el fondo del patio o un matorral eran los elegidos. No era raro también ver a alguien cagando en las calles. Los sistemas de drenaje aún no existían; por lo que las ciudades medievales eran verdaderos depósitos de basura y excrementos. Las grandes metrópolis como Londres o París podían ser consideradas como algunos de los lugares más sucios del mundo.”

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