Puro cuento
Todos estábamos en el cuarto, cuando mi tía en su lecho de muerte de repente dijo: “si” Y se murió. Nadie supo si dijo que si a la muerte, a Dios, a que nos fuéramos, a que nos quedáramos, a que le siguiera regando las plantas,a que me quedara con el perro o que si tenía testamento. Básicamente murió en el anonimato dado que Chonita su dama de compañía de toda la vida había fallecido dos años antes y con ella los secretos de mi tía. Después del silencio de vigor,alguien en el cuarto dijo: “vamos hablándole al doctor”,cosa que creó otro silencio afirmativo. Para cuando llegó el Dr Paredes ,ya había gente preparando comida y café para el maratón de rezos que se avecinaba. Para colmo el Dr tampoco aclaró nada dado que a pesar que se decía que alivió a mi tía de un embarazo siglos atrás, no la pudo reconocer por lo viejo que estaba y lo único que dijo fue’: “murió de causas naturales “ y se fue murmurando algo de firmar unos papeles. Cosa distinta fue cuando llegó el cura del pueblo que lo primero que dijo fue: “denme un café cargado para darme ánimos por favor “ Mi otra tía quizá en su afán de salvar su alma le sirvió un café tan cargado que el cura se emborrachó en 15 minutos y terminó hablando y a lo mejor también bendiciendo en latín que tampoco nadie entendió. En ese mar de confusiones empezaron a recolectar dinero para el funeral.Algo que tenia que pasar pero en lo que nadie quería ayudar. Don Blas el dueño de la única funeraria se dio de voluntario y donó el féretro.Cosa que inmediatamente disparó el rumor entre los rezos de que había tenido algo que ver con mi tía en el pasado. Sin embargo el rumor se apagó como apareció ,cuando todos vieron lo corriente de la madera del que estaba echo. En eso llegó El Cochi en forma espontánea con unas barras de hielo que nadie le pidió y las puso debajo del féretro y dijo “para que dure” a sabiendas de todos que era su pago de una vieja deuda que tenia con mi tía. Yo por mi parte salí afuera ya mareado por los rezos y vi como los perros de la calle se acercaban como queriendo también dar su pésame al perro de la casa. Todo iba más o menos hasta que alguien dijo en forma de pregunta lo inevitable “y el entierro?” Pregunta que se quedó en el aire porque nadie contestó o se atrevió a obtener una respuesta de Don Blas porque el ya había cumplido. Yo en lo personal pensé de enterrarla en el patio de atrás pero quien sabe si el perro lo permitiría. Después ya habiendo comido todos, se despertó el cura maldiciendo a los otros sobrinos que estaban afuera haciendo chistes y riéndose. Cosa que atrajo la atención de los dos policías del pueblo porque mis primos no se dejaron. Las tías trataron de calmar al cura dándole de comer pero la cochinita ya se había acabado.Por lo que mejor le dieron otro café pero esta vez sin piquete para ver si enderezaba sus pensamientos. Si no,ya tenían planeado darle el piquete directo para que se volviera a dormir. La policía se tardó tanto que para cuando llegó el comandante Chente con su hijo el Cachetón que también le hacía de guarura, los sobrinos de mi tía ya se habían ido. Nomas encontraron al cura entre dormido y borracho.Cosa que despertó sospechas de todos dado que todos esperaban que oficiara misa ya acabada la rezadera. No se acaban de ir los policías cuando regresaron mis primos más borrachos de como se fueron. Nada más para desquiciarse y empezar a pelear entre ellos por que el rosario ya había empezado de nuevo para darle tiempo al cura de recuperarse. En eso estaban cuando el perro quizá habiendo leído las mentes de todos regreso’ del patio con un hueso en el hocico que parecía más de humano que de otro animal. Por lo que salí a investigar y vi un solo hoyo pegado a la barda del patio que para cuando me acerqué y sin darme cuenta ya venían atrás de mi el resto de las tías vivientes. El grito llanto de una de ellas es lo que confirmo’ lo que yo no podía creer. Y es que había un cráneo al fondo del hoyo con también un hoyo de un lado. Y como si fuera una señal también empezaron a chillar todas.Cosa que no habían hecho con tanto fervor desde que mi tía se fue’. Situación que creó’ la imperiosa necesidad que el cura se despertara para que de alguna forma neutralizara el trauma colectivo. Entonces entre llantos,rezos y persignadas se fueron a tratar de despertar al cura que parecía más muerto que mi tía. Sin embargo lo único que lograron es que las maldijeran mientras limpiaban sus vomitos ácidos. Fue entonces cuándo la tía Mariquita se fue a la botica a comprar un remedio levanta muertos.Y como le dijo el boticario “no falla”. Para entonces ya habían empezado el tercer rosario,ahora para el que estaba en el patio. Y entre que se debatía si se les hablaban otra vez al comandante y al cachetón de su hijo,la tía Mariquita llegó con la pócima líquida que parecía más sotol que otra cosa. Fue’ cuando la tía se apresuró a dársela al cura,y con las prisas olvidándose que la tenia que hervir primero como específicamente le instruyó el boticario. Todo mientras los primos ya sobrios del susto traían al perro por todo el patio a ver si había más huesos. Después de rato la tía Mariquita al ver que el cura como que se quería componer, decidió ella también tomar de la pócima para según ella también alivianarse. Mientras afuera el perro había cavado tantos hoyos que los primos no sabían que hacer puesto que el perro se imagino que estaban jugando con el. Yo les dije que mejor el padre bendijera los huesos del de afuera y los de mi tía primero, antes de hablarle al comandante Chente y compañía. No acababa de decir esto cuando salen mi tía Mariquita y el cura tambaleándose y hablando solos. El cura repitiendo “Miguel te dije” y mi tía como en trance diciendo “no fue tu culpa “. Cosa que enredó todavía más todo. Enredo que quisieron desenredar las otras tías dándoles leche bronca,pero solo lograron que se hiciera un nudo total. Hasta que un tío dijo: “porque no ponemos todos los huesos junto con mi hermana dentro del féretro y los enterramos juntos” y otra vez se hizo un silencio tan afirmativo que todos salieron inmediatamente al patio a hacer más grande lo que el perro había empezado. Solución que para mi significaba enterrar un secreto más bien de familia dado que cuando mi tío dijo eso todas las tías dejaron de llorar. Excepto la tía Mariquita que no dejaba de reírse sola. Terminado el entierro, sin misa y con una oración para los difuntos también de mi tío,como que se calmó la situación y en forma colectiva se decidió tampoco hablarle a Chente dado que el secreto se había vuelto a enterrar aunque hubiera sido con una oración pirata improvisada y de prisa. Ceremonia casera que de facto se la perdieron el cura y mi tía Mariquita. Que como zombis, no recuperaron la poca razón que les quedaba hasta el día siguiente. En lo personal el entierro de mi tía solo enterró más las cosas.Nadie supo quien era Miguel o porque mi tía dijo lo que dijo o a quien le estaba dando la absolución mientras estaba bajo los efectos del sotol medicinal. Situación que al final no se resolvió del todo porque a los pocos días después,encontraron a mi tía Mariquita cavando un pozo en el piso de la cocina que porque había un tesoro enterrado. Pero en fin eso ya es otro cuento ya que lo que importa es que mi tía descanse en paz.