Puro cuento
....regresé al pueblo no para recordar sino para olvidar.....tardé 3 días en llegar en lugar de los acostumbrados 2.
....y cuando le pregunté al chofer de la línea de autobuses Internacionales el porqué de la tardanza me responde como si nada:
“.....así pasa a veces “
Para entonces todo estaba cerrado y lo único que se oía era unos perros ladrando a lo lejos a los que estaban más cerca.
Para cuando llegué a la casa de la tía, ya estaba amaneciendo y de oír a los perros pasamos a los gallos que para entonces ya habían despertado a todo mundo como que si los ladridos hayan sido dedicados solo a los que habían logrado dormir.
Todavía no tocaba el portón cuando Mariquita lo abrió y sin decir palabra y con ojos de que bueno que vino joven... me dio la bienvenida a pesar que nunca dije que a lo mejor regresaba.
Raro porque mi tía me recibió como que nunca me fui.
La cocina estaba igual a como la dejé ...incluyendo el hoyo que estaba en el medio.
Sin preguntar mi tía dice...”.....yo nunca desayuno “.....cosa que hace que mi estómago hiciera un ruido raro como protestando.
Para entonces Mariquita ya se había ido como si escapando con mi llegada.
Sin cruzar más palabras la tía regresa de su cuarto con una caja de zapatos y con todo menos los zapatos.
Y luego dice....”acércate para que veas”
Cosa que me intrigó más cuando bajó su voz y dice....”....esto es lo que encontré” ya con una expresión de reivindicación total.
Lo que vi es que sacó un artefacto metálico y amorfo.
Yo todavía no le encontraba forma o razón cuando dice...”.....sirve para viajar en el tiempo”.
Lo que hizo que mi estómago subiera su volumen y ya con un sentimiento de que para que vine.
La tía al ver mi reacción y como en suspenso dice “¿.....quieres un café?” Yo no sé que cara puse pero mi tía se paró al instante y como magia o sino mi estómago me guió a la cocina.
La tía se movía calentando el agua como si el hoyo no existiera.
Cosa que cambió al instante al darme ganas de ir al baño....”del dos tía”
Nada más oí que gritó ....”...el periódico es el papel “ o algo así.
Total que en el baño me enteré que todos los que dejé vivos ya habían muerto.
Excepto mi tía que parecía como que estaba en el limbo.
De regreso todavía ni me sentaba y me dice...”.....no le digas a nadie “
Cuando de seguro ya todo el pueblo sabía que estaba loca.
En lo que agarraba aire para preguntar del aparato la tía presiona:
“.....ven a mi cuarto “
Estando ahí dice ....”mira” apuntando para arriba.
En eso veo un hoyo en el techo y todavía sin bajar la cabeza dice:
“..a veces los tesoros los entierran al revés”
Para entonces ya me había dado por vencido....tenía que acordarme de lo que quería olvidar.
Desperté entrada la semana como si la línea Internacional me hubiera llevado por todo el mundo.
La tía y sus instintos la pusieron a cocinar ya que Mariquita de tomarse el día de plano se tomó vacaciones.
Al sentarme mi tía me sirvió jamón pero sin el huevo y un vaso con hielo pero sin agua como reflejando su vida que era a medias.
Y ya casi me servía el azúcar sin el café cuando se le olvida y que se cae al pozo y pensé que quizás nada más vio la mitad del piso.
Estando abajo oía sus gemidos y gritaba repitiendo “Nacho......el gordo” que resultó que era el vecino.
Nacho al entrar solo dijo: ..” ¿otra vez?!”
La llevamos a la clínica del pueblo después de sacarla con mecates y una colcha vieja.
Estando en la clínica el Dr. Sánchez nos dijo “..no hay nada que hacer” a lo que el gordo todavía sudando dice “..¿cómo!?”
No se si lo interpretó como que si el doctor no tenía nada que hacer puesto que el brujo Chávez tenía más pacientes ,o pensó que me decía a mi como diciendo no hay nada que hacer en el pueblo.
A lo que el doctor aclara “...por el golpe en la cabeza quedó inconsciente....y no sabemos para cuando despierte....hay que esperar”.
Ya de regreso en la casa lo único intrigante después de la tele era el aparato de metal.
Lo saqué de la caja de zapatos y lo sentí de tibio a caliente en ciertas partes .
No tenía una forma especial pero cómo que brillaba raro y en eso estaba cuando por atrás oigo ....”...aguas porque el otra vez me quemó las manos” era Mariquita que había regresado de sus vacaciones y aburrida de no hacer nada.
Luego dice “..¿y la señora?” “Se cayó en el pozo de la cocina“ dije.
A lo que Mariquita dijo lo mismo que el gordo de Nacho “..¿otra vez?!”...dándose una vuelta hacia el patio y murmurando algo en su lengua natal.
Todavía intrigado me arranqué a la ferretería “La Tabla “ a comprar un taladro ....y unos guantes.
Me atendió Pedro chico y dice:
“....¿para que quiere un taladro?”
Y después de explicarle me dice
“...no no tenemos “
Y yo queriendo suavizar la cosa dije:
“...yo conocí a su papá “
Pero Pedro chico lo interpretó como que si yo quería un descuento.
Por lo que salí de ahí con un martillo. Un cincel y unos guantes de plástico que casi se quemaron cuando volví a agarrar el tesoro.
A la primera no solo se rompió el cincel y el mango del martillo sino que el engendro se puso más brillante y caliente por lo que entre yo y Mariquita lo cargamos envuelto en toallas mojadas y lo metimos al refri.
Queriendo hacer tiempo nos fuimos a la clínica a llevarle un cambio de ropa a mi tía y después dos horas el Dr. Sánchez sale y dice: “.....está igual”
Yo me regresé a la casa y Mariquita se quedó rezando al lado de mi tía inconsciente.
Llegando no solo se había fundido el refri el radio y la tele sino que se había ido la luz en toda la cuadra.
Mariquita llegó ya entrada la noche y me ayudó a encontrar unas velas que más bien servían de veladoras .
Luego dice “....¿y la piedra?” “..debe estar todavía adentro del refri pero como no se ve nada...” dije
Total que no quisimos abrirlo para que no se saliera el frío.
Me dormí pensando en lo pesado que se había puesto el objeto metálico y quien sabe que tenía adentro.
Eran como las dos de la mañana y nada más calculando porque mi reloj se había parado cuando sentí que estaba nevando adentro de la casa.
Mariquita ya se había despertado y no paraba de rezar en su lengua natal, hincada frente al refri que ahora si iluminaba toda la cocina y parte de la salita a la entrada.
No pasó mucho tiempo cuando se empezaron a juntar los vecinos y de que por qué nosotros teníamos luz y ellos no.
Para cuando llegó el ejército los primeros que habían entrado a la casa a ver la aparición de la virgen la mitad se habían quedado ciegos y la otra mitad estaban totalmente quemados.
Yo lo último que me acuerdo es que quedé súbitamente ciego al ver la explosión que barrió con el pueblo con todo y sus animales hasta 20 kilómetros a la redonda.
Hasta entonces entendí lo que me dijo mi tía y recordé lo que quería olvidar con el tiempo.
FIN