2024 y Narcopolítica
- fermarcs779
- Feb 6, 2024
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Diego Martín Velázquez Caballero
Moises Naim y Carlos Fazio coinciden en que la sociedad global está en medio de una guerra entre poderes fácticos de diversa índole. El Consenso de Cornwall y la Agenda de Davos 2030, constituyen tímidos planteamientos para reestructurar la esfera de lo político frente al avasallamiento del mercado que pone, al borde la extinción, el género humano. Múltiples formatos de economía formal e informal están dominando todos los aspectos de la vida; pero, con todo, la defensa de la política y la institucionalización del Estado, resultan imprescindibles para que la humanidad sobreviva.
El narcotráfico es una de las principales actividades económicas globales. En México incluso se considera uno de los empleadores mayores, además de que previene la marginación de sus integrantes en todos los aspectos. El empoderamiento del narcotráfico en nuestro país parece no tener límites.
Resulta innegable que México es una Narcosociedad, pero está al servicio del Narcoimperio llamado Estados Unidos. México se ha configurado como la Sicilia de los Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial porque el complejo industrial militar pentagonista se subsidia con el trasiego de drogas latinoamericano. El principal promotor de la economía del narco, son los Estados Unidos.
Ronald Reagan y Oliver North se reproducen en cada sexenio mexicano, en cada uno de sus niveles de gobierno. No obstante, la capacidad de cada nación para plantear mejor el problema depende de la fuerza interna.
Estados Unidos hace poco, casi nada, para evitar el trasiego de drogas y el consumo de las mismas en su sociedad. El imperio yanqui es capaz de bombardear un país donde algunos soldados americanos fueron víctimas de terrorismo, pero no hace nada contra aquellos que envenenan a su juventud -por millones- desde dentro e, incluso, desde sus vecinos.
Las células del narcotráfico mexicano han emigrado al sur de los Estados Unidos y conviven con las autoridades y contribuyentes norteamericanos. La Casa Blanca ni los ve, ni los oye, ni les hace nada; así como los estrambóticos de Donald Trump, Abbot o Di Santis.
Los procesos políticos estadounidenses están marcados por las drogas más que cualquier otro país. ¿Qué hace Estados Unidos cuando sus agencias de gobierno manejan el trasiego de las drogas en diversas partes del mundo? Nada, ¿Quién certifica a los Estados Unidos en su combate a las adicciones o control de drogas? Nadie. Miles de libros, reportajes e informes científicos, confirman la evidencia de los nexos políticos con el crimen organizado del gobierno norteamericano.
México vive una guerra de baja intensidad del Estado contra los Cárteles de la Droga financiados por Norteamérica y otra sobrepuesta a la competencia por el mercado por los mismos protagonistas del narcotráfico. ¿Hasta cuándo el gobierno norteamericano y su clase política se tomarán en serio por cuanto a las drogas se refiere?
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