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Actualización de Perú

PERÚ, LA GUERRA CONTRA PUEBLOS ORIGINARIOS, LA RECOLONIZACIÓN Y EL EXTERMINIO

Jorge Lora Cam

“…romper con el afán de enmascarar la realidad, de no querer ver que el capitalismo realmente existente es guerra de despojo o cuarta guerra mundial, como la nombran los zapatistas. El crimen y la violencia, para llegar a ser el principal modo de acumulación de capital, deben contar con el apoyo y complicidad de los estados, que se van reconvirtiendo en estados para el despojo.” (Raúl Zibechi, Crimen Organizado y extractivismo, la Jornada 13/01/2023)

Algunos analistas sostienen que esta es una crisis política de representación, otros que obedece al desprecio por los indígenas del sur y un conflicto étnico-racista, otros más señalan que hay la percepción de una mala distribución de la riqueza o que es un ataque a los trabajadores. Claro que hay algo de todo esto, pero lo que engloba a todos estos elementos es que el objetivo del nuevo gobierno es escarmentar a los pueblos andinos para permitir la inversión minera sin resistencia y sin riesgos y que la oligarquía rentista continue sin pagar impuestos. El Premier, la derecha congresal y los militares, como veremos, no son más que sicarios económicos de las mineras. Castillo no garantizaba las exigencias de las corporaciones y había que sacarlo, crear el caos justificaría el cambio autoritario de gobierno. Considerando la deslegitimación de la izquierda organizada, mercantilizada y sin principios, no esperaban que esta ofensiva empresarial desate la rebelión anticolonial, antineoliberal, que es lo que está ocurriendo. La necesidad de la liberación nacional, de la autodeterminación, de las autonomías se expresan de distintos modos y en este caso es la rebelión.

El viernes 13 de enero continúa el paro nacional indefinido por adelanto de elecciones, renuncia de Dina y cierre del Congreso. 10 regiones de 25 están bloqueadas (más de 80 bloqueos de carreteras) y los asesinatos y heridos están en más de 7 regiones. Casas de congresistas son atacadas e instalaciones de la minera Antapaccay del grupo minero suizo Glencore han sido incendiadas. Gobernadores regionales que se unen al pliego petitorio y ministros que renuncian; a pesar de todo esto la dictadura se mantiene a la ofensiva militarizando y reprimiendo en todo el país. Los unifica la idea de que para neutralizar a un terrorista es necesario arrasar a sangre y fuego el entorno en el que se infiltra.

La expresión política de esta lucha anticolonial no puede ocultar el trasfondo económico. Si bien es cierto, como bien lo expresa Milciades Ruiz “La población revienta de indignación acumulada porque repudia el sistema político y su falsa democracia. ¿Por qué, ha sucedido esta explosión social, al margen de los partidos políticos? ¿Por qué, la indignación desborda los canales oficiales? ¿El diálogo mecedor, la renuncia presidencial, adelanto de elecciones, asamblea constituyente, son suficientes para cambiar la estructura de dominación hereditaria?” Esto expresa que la conflictividad social persiste más allá de su aspecto político y se vuelve cada vez más antagónica con el comportamiento virreinal del gobierno, consiguiendo como respuesta la toma de carreteras y protestas sociales, la marcha de los pueblos hacia Lima, acciones que afectan a la viejas y nuevas inversiones mineras. Este año se cumplen 30 años de los contratos ley, de decenas de concesiones mineras y los dueños del país esperan aprobar otros nuevos 40 proyectos de saqueo minero.

Esta que fue nuestra hipótesis inicial, al acusar al Premier de ser el sicario de corbata de las mineras es corroborada por el mismo Alberto Otárola, quien informó al Congreso para pedir un voto de confianza para que el gobierno de Dina Boluarte destrabe nueve grandes proyectos mineros por US$ 10,555 millones (Toromocho, Sulfuros Yanacocha, Extensión Antamina, Optimización Inmaculada, Yacimiento Zafranal, Proyecto San Gabriel, Planta de Cobre Río Seco, Proyecto Yumpaq y Ampliación de Retamas, entre otros). Los asesinos a sueldo si retroceden pierden millones y esto viene ocurriendo con el gabinete y las FFAA y PP que son utilizadas para aterrorizar a los pueblos. Las mismas FFAA y PP que cada día proclaman haber vencido a Sendero hace 30 años, hoy pretenden legitimar sus crímenes acusando y apresando dirigentes sociales y persiguiendo a destacados académicos que hace 40 años residen en Londres o en La Paz debido a una vieja persecución.

Bajo la concepción de mando-obediencia, agregando ideas neoliberales sobre el estado mínimo, la visión del estado como objeto de la competencia, y otras de Kelsen, para quien el poder soberano no radica en el pueblo sino en la capacidad de crear y aplicar el derecho en un territorio considerado como parte del estado y sobre un pueblo con capacidad de hacerse valer, recurriendo de ser necesario a la fuerza, son ideas suficientes para gobernar. Esta forma de pensar la tradujo, en la imposición de una constitución, garantizando su cumplimiento con la impunidad presidencial y el TC, corrompiendo al Congreso y al sistema judicial; con el sometiendo de las FFAA al poder económico legal e ilegal e implementando un sistema criminal de saqueo desde las alcaldías, hasta los ejecutivos regionales.

De este modo, mientras los pensadores eurocéntricos y los analistas políticos creen que el poder esta solo supeditado a una correlación de fuerzas, muchas veces imaginaria, pero que hay que tomar en cuenta en la lucha política, Montesinos y los jerarcas militares más cerca de la realidad -con dos siglos gobernado o cogobernando, con 5 décadas de experiencia antisubversiva, y de ellas más de 30 en política estatal neoliberal- actúan pensando que el Estado es una relación social de poder, dominación y explotación que es posible manejar. Y pensando y actuando así – quizás sin saberlo, coincide con Weber e incluso con algunas ideas de Marx- Es más, en la nueva configuración del poder, desde los años 90, las grandes corporaciones controlan se apoderan del Congreso, el sistema judicial y el Ministerio del Interior y Defensa. Financiados por una interminable privatización de la economía y los poderes, los mediadores y la lumpen burguesía territorial y los grandes monopolios, se unifican en grupos con coincidencias e intereses comunes usando como herramientas: el dinero, corrupción, chantajes, complicidades, impunidades, lobistas, etc. para garantizar la gobernabilidad y constituirse en el verdadero gobierno, aunque no siempre sean los titulares.

Si bien es cierto que para examinar metodológicamente al Estado y para actuar en él, o incluso fuera de él, es válido el análisis estratégico relacional, para conseguir la obediencia y desarrollar políticas públicas, solo fue suficiente saber y actuar para mantener el poder secular agregándole nuevas tecnologías de sumisión, miedo y dominio correspondientes a la época. Con Montesinos-Fujimori las estrategias económicas estuvieron garantizadas la participación de organismos multilaterales como el FMI-BM en las decisiones para el control del gobierno, la gobernanza (creación neoliberal que incorpora a la inversión privada en el gobierno) 1990-2000 y posteriormente a su caída, por la Constitución, el manejo del ministerio de economía y del BCR, el Congreso y la presencia de sus abogados en el sistema judicial. Los proyectos estatales en su década gobernando consistieron en privatizar el país y con el dinero obtenido manejar a los agentes que mantengan las estructuras en base al combate a la rebelión popular, a la generalización de la corrupción como herramienta aglutinadora y de sumisión. La hegemonía fue articulada desde la unidad de la clase dominante monopólica y parasitaria, la compra de medios y la fetichización de la minería presentada como el elemento necesario e indispensable de crecimiento económico. El Congreso y la judicatura fueron conseguidos con elecciones fraudulentas, mercantilizadas y comprado en su totalidad -con la reducción numérica del primero enormes aumentos salariales, y premios por sus votos privatizadores o de no pago de tributos empresariales- y del segundo con su ampliación a numerosas instancias jerárquicas y seguros de impunidad a cambio de mayores ingresos por protección de bandas criminales. La corrupción como forma de gobierno neoliberal, como herramienta y mecanismo de activación de la inversión privada, del saqueo, se extendió a los ejecutivos regionales y locales, la alta oficialidad de las FFAA y policiales, los medios, la alta burocracia de funcionarios en las instituciones, la seducción monetaria de los asesores y consultores caviares. Controlada la representación política, la institucionalidad y el clientelismo corrupto de la gobernanza, había que encerrar las universidades -y otras fuerzas de la izquierda popular- que literalmente fueron cercadas y acalladas para que puedan actuar las estrategias hegemonistas hasta lograr la naturalización del odio a la izquierda radical y a todos los críticos del sistema. En resumen: controladas las estructuras de poder económico, políticas e ideológicas se consolida un sistema de dominación étnico-clasista que marca la arquitectura del control territorial del poder y el silenciamiento de las fuerzas capaces de una acción colectiva. Estamos ante una nueva forma de dominación donde el dinero, la ley, la coerción, el conocimiento o ignorancia son los principales instrumentos de intervención del Estado en la sociedad que llegaron en el 2000 a su límite cuando a través de unos videos se conoció como operaban estos mecanismos y un grupo de fiscales honestos pudo perseguir y apresar a los principales sujetos del dominio.

Mientras Dina Boluarte repite lo que le cuentan sus asesores militares, en una irracional, grosera y torpe narrativa que terrorista es aquel que critica la violencia estatal por que ello provoca mas violencia, y agrega, perversamente con una cínica y supina ignorancia de la realidad que su régimen pasara a la historia por promover la paz; el Congreso otorga confianza al gabinete criminal el mismo dia que otorga perdon a un congresista violador. Al mismo tiempo la Dirección Contra el Terrorismo captura a la Presidenta del Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho con la absurda invención de obedecer las ordenes de Elena Iparraguirre, la viuda de Abimael Guzman, recluida a cadena perpetua y en un aislamiento asesino, quien estaria tras las luchas del pueblo ayacuchano con la consigna terrorista de “democratizar al Perú” y utilizando piedras y hondas en un ficticio reinicio de la guerra popular. Si esta líder ayacuchana fue liberada hace diez años se hizo por que solo fue un chivo expiatorio y solo se trataría de escarmentar a los coordinadores de una lucha que sin ella prosigue con mas fuerza.

Peo la mayor sorpresa fue que la Fiscalia de la Nación decida investigar a la presidenta Dina Boluarte y al titular del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, por genocidio. El diario La República conjetura que se trataría de “generar rechazo a la investigación y a una probable denuncia que se tendría que presentar ante el Congreso de la República contra la presidenta Dina Boluarte” (la republica, 14 de enero 2023). O quizas se trata de derivar elcaso a la Corte Penal Internacional que persigue este delito. Sea como fuese, es una correcta acusación por que son actos de exterminio que son continuidad histórica de cómo enfrentar a un pueblo rebelde. Desde la llegada de Colon la politica de rapiña anti indigena fue de aniquilamiento de estos seres sin alma si osaban rebelarse. Se trata de mas de 50 asesinados y cientos de heridos graves sobre poblaciones originarias que viven en la miseria.

EL ESTADO COLONIAL PRO-MINERO ES TERRORISTA.

Jorge Lora Cam

…consideramos que la Independencia no significó un quiebre de las estructuras políticas, económicas y sociales en el país. Otro elemento que identifica dicha continuidad fue la ausencia de un rechazo total por lo español y si bien es cierto que en un principio fueron confiscados muchos bienes de los españoles que se alejaron del país, no fueron expulsados violentamente del territorio, como sucedió en México en 1829. Por el contrario, al estudiar la élite mercantil vemos que muchos permanecieron y otros retornaron después de pasados los años convulsionados de la guerra

Tres procesos marcan el momento histórico 1. El control de todas las instituciones por el fujimorismo y la derecha bruta y achorada que no quieren dejar el gobierno hasta cerrar las brechas que consoliden el saqueo y el autoritarismo, 2. La rebelión espontanea de los pueblos contra la política neoliberal, una respuesta anticolonial contra la ofensiva de las corporaciones y sus sicarios militares, políticos y judiciales y 3. La violencia genocida étnico-clasista que retoma el “terruqueo” como ideología estatal de exterminio de pueblos indígenas y mestizo indígenas.

La minería fetichizada por la Sociedad Nacional de Minería y sus sicarios colocándola como la única opción para el Perú, aunque cada vez saque más ganancias y deje miseria y ecocidio. Lo tiene muy claro Higginbottom cuando señala la importancia de la minería para las potencias capitalistas:

En cuanto a la presidencia de la usurpadora Dina Boluarte, sabe muy bien que su parte en el trato debe garantizar la continuidad de los super-ganancias a cambio del apoyo diplomático y militar, en caso necesario, de los Estados imperialistas. Si su régimen no consigue disciplinar al país hasta la sumisión, seguramente se pondrán en marcha planes de contingencia para la intervención.

Para los pueblos agredidos por estas grandes corporaciones, la resistencia no cesa, continua el paro nacional indefinido, las marchas y una reedición de la marcha de los cuatro suyos, mientras por otro lado se afianza el fujimorismo y el sistema judicial abiertamente se coloca a sus pies, cuando la fiscalía archiva una causa contra Keiko, la líder de Fuerza Popular, la tres veces fracasada candidata presidencial, por organización criminal, cuando modifican la Constitución en términos aún más reaccionarios que antes y acentuando la tendencia autoritaria, cuando continúan los asesinatos y apresamientos de cientos lideres de base, cuando compran de urgencia nueve toneladas de “armas disuasivas” al imperio.

El pronunciamiento del afrodescendiente presidente del Tribunal Constitucional (TC), Francisco Morales, justificando la violencia estatal, nos convoca a debatir acerca de la ilegalidad e ilegitimidad de írritas y espurias instituciones. La Constitución fue producto de un golpe de estado y un referéndum fraudulento, lo que se traduce en que no existe un estado de derecho y que el TC no tiene sentido de existir. Por su lado, la Junta Nacional de Justicia (JNJ) fue electa sin cumplir con los requerimientos legales que, sin embargo, eligió una Fiscal de la nación que invalida las acciones del Ministerio Público (además de falsificar títulos de maestría y doctorado y proteger a sus hermanas juezas que liberaron a grandes narcotraficantes). Y el Congreso que fue producto de franquicias electorales donde lo que decide no es que sean representantes de alguna base social o política sino el capital invertido en campañas.

El crítico general EP (r) Wilson Barrantes Mendoza -como pocos- afirma que informó a la presidenta Boluarte que había 16 organizaciones diferentes detrás de las protestas, que no había relación entre ellas, tampoco una sola dirigencia, y que recomendó una solución política. Est claro que la Marina esta tras la Boluarte, la han convencido de que todos los rebeldes son terroristas tal como lo explicitan los almirantes en retiro y congresistas Montoya y José Cueto y afirman que hay que eliminarlos fusilándolos a los que protestan. De acuerdo con Barrantes, “el mentor ideológico de toda esta estupidez es Montesinos”. (La república 17/01/2023). Resultado, más de 50 asesinados, 600 heridos, 300 presos. Todo un baño de sangre.

Con el régimen colonial en un extremo quedaron los dueños del poder y de capital, los invasores/vencedores blancos europeos-occidentales; y del otro, principalmente poblaciones indígenas y afrodescendientes, subsumidas, vencidas, que a pesar de tener todas ellas sus especificidades y diferencias, fueron igualadas por sus opresores en calidad de vencidos. Sobre esta base imaginaria, el comportamiento social se pudo regular, hacerlo previsible y controlable, generando desde el siglo XX un nuevo estilo de vida, producción y consumo; respondiendo a intereses estratégicos del sistema capitalista. Las revoluciones tecnológicas garantizan el proceso de concentración del beneficio capitalista en cada fase de su desarrollo histórico. El neoliberalismo no es más que una guerra por recursos naturales y eliminación de poblaciones en los países colonizados, el siglo XXI da paso a una totalmente nueva modalidad del capitalismo basada en un lado del mundo en el despojo y en el otro en la economía digital, la deslocalización del trabajo y la precarización y el control gremial, acompañada de la vigilancia y represión; es una persistente reorganización del sistema. Si por un lado tenemos a las grandes corporaciones globales y las potencias imperialistas, junto a sus siervos coloniales de cada país, dedicados al despojo, en el otro lado están los pueblos principalmente indígenas y afrodescendientes con sus territorios vulnerados y los trabajadores en su mayoría informales y unos pocos formales, privilegiados, ambas partes son víctimas de la flexibilización laboral que produce regímenes de inseguridad en el trabajo formal, desempleo programado, ocupaciones informales de medio tiempo, pobreza creciente, desprotección en la seguridad social y provisional, deterioro de la educación y la salud pública, descontento y frustración social.

Este es el ámbito donde se redefinen las categorías de género, clase y raza que se fusionan en identidades y des identidades, en un mayoritario mestizaje de base indígena y otro minoritario de familias europeas que, en interrelación y contradicción, bajo la forma de lumpen burguesía y trabajadores, desempeñan un papel determinante e interrelacionado en la constitución y perpetuación de la sociedad de clases, profundamente desigual y contradictoria. La pertenencia étnica puede definirse como poblaciones -a veces distintas que comparten historia y cultura, intereses y sistemas de dominación y sometimiento, permanecen y migran de los andes a la costa, aun cuando su origen tenga un territorio definido y por ello poseen un sentido de solidaridad, histórica, sistemas simbólicos, religiosos, ceremonias, gastronomía, forma de vestir, aspecto. Los grupos étnicos tienen la posibilidad de tener un rango estrecho o extenso de ascendencia cultural, conforme con la definición del conjunto a medida que varias agrupaciones poseen ascendencia mezclada y aspiran a ser más blancos y burgueses. Con la expansión del extractivismo las clases medias han crecido y se configuran como un elemento reaccionario y al mismo tiempo surgen los movimientos anti extractivistas desde los territorios afectados por esta actividad. Lo que explicaría en parte, las dificultades en organizarse como pueblos originarios no existen organizaciones nacionales de pueblos originarios o un movimiento indígena unificado. En términos de Thompson, los sujetos mediante sus experiencias e identidades de intereses, mejor dicho, mediante la confrontación y la oposición con otros sujetos de intereses opuestos, logran un lugar y se forman en él como colectivos en la sociedad.

Queda configurado un Estado colonial con formalidad liberal empero que tiene en las siluetas al Estado profundo, o sea, fines coloniales diseñados por construcciones burocráticas trasnacionales internalizadas de poder permanentes, no visibles, profundamente arraigadas las cuales, sin constituir un todo coherente, participan con cierta soberanía en la aplicación de las políticas gubernamental de momento y mantienen el control de instituciones fundamentales -sistema judicial, Congreso, burocracia- integrados los servicios de inteligencia y de estabilidad, y buena parte del flujo noticioso de los poderosos multimedia que definen lo adecuado y lo erróneo de las preguntas en juego.

LA COYUNTURA Y LA MEMORIA HISTORICA

Queda claro que Perú vive una rebelión desde abajo, de la izquierda popular politizada pero no institucionalizada, que es originaria, anticolonial y democrática, comunitaria y solidaria. Desde el 7 de diciembre se inician las movilizaciones, luego de una tregua por las fiestas de fin de año, el 4 de enero se reinicia el paro nacional y hay 17 regiones movilizadas, 7 en estado de emergencia (donde la vida no vale nada), más de 120 bloqueos a lo largo del país, que sin embargo, al carecer de una dirección nacional centralizada nada es exacto, no hay plan estratégico, es un desenvolvimiento irregular con direcciones locales y hasta macro regionales que tienen como parece obvio un lado positivo -evitar la manipulación política- y un lado negativo -la descoordinación y la infiltración de “ternas” (soplones mercenarios que buscan deslegitimar las luchas con la destrucción de bines públicos). En el otro lado están las organizadas y oscuras fuerzas que dirigen el complot de la derecha dirigida por escarmentados y prontuariados militares (Comando Conjunto de las FFAA, Williams asesino de Accomarca y presidente del Congreso, los marinos congresistas -Cueto y Montoya- los narco Generales del VRAEM, asesinos en Andahuaylas y Ayacucho) y civiles con Montesinos y Keiko, el primero en condena carcelaria y la segunda que busca la impunidad y el exilio, Otárola -responsable de muertes en Tía María, VRAEM y Bagua) la fiscal Benavides que también evade la justicia, lideres de los gánsteres de Acción Popular llamados “los niños” (todos ellos deben ser acusados de genocidio o crímenes de lesa humanidad e ir presos) y el bufón alcalde de Lima Rafael López Aliaga). Una guerra desigual pues los segundos tienen las armas y son genocidas por antonomasia. El pueblo se enfrenta a un poder concentrado de quienes se consideran en toda la falsa vida republicana los dueños del país, los que monopoliza las armas y ocupa todos los territorios y poderes administrativos concentrados del Estado, la oligarquía y un sector de la clase media civil y militar que proviene -muchos de ellos- de familias limeñas la migración andina pero que han renegado de su identidad étnico-clasista al replantear su lugar en el estatus social con el neoliberalismo.

La izquierda después de haber probado todos los caminos para el cambio, desde una vía pacífica hasta la armada, cambiar el país con su voto o el fusil, bajo la dirección de partidos, hoy tiene sus propias organizaciones y líderes, al ser traicionadas o reiteradamente víctimas del despojo y corrupción por organizaciones de derecha, centro e izquierda. Deciden rebelarse retomando la lucha anticolonial de Tupac Amaru y cientos de luchadores anticoloniales. Debemos resaltar que han surgido nuevos elementos que aportan al futuro de las luchas, desde la reidentificación indígena, Es la resistencia rebelde de campesinos, mestizos y comunidades de pueblos indígenas, trabajadores y sectores ecologistas y defensores de derechos a nivel urbano y rural siguiendo el ejemplo democratizador de los pueblos andinos de Bolivia y Ecuador, retomando la solidaridad comunitaria entre los de abajo. Es de relievar lo que ocurre en las universidades que salen del enclaustramiento (UNMSM, UNI, Cantuta, PUC) alarmando a la derecha en el poder que se considera dueña de todo el territorio público del país). En sus claustros tradicionalmente se albergaba hasta hace 30 años a los pobladores, sindicatos y otras organizaciones en lucha. Hace unos días volvieron a hacerlo en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en la Universidad Nacional de Ingeniería y cobijaron a los marchistas; en la primera la policía el 21 de enero, violando la autonomía y con la venia de la rectora Jerí Ramón esperaron que sea un sábado, inventaron un estúpido pretexto y con tanquetas, armas de guerra incursionaron maltratando a los marchistas y a todo ser vivo que encontraban a su paso, entre ellos los estudiantes que hacen uso de la vivienda universitaria, humillándolos, golpeándolos, deteniéndolos y desapareciendo a algunos considerados peligrosos; las fuerzas policiales ingresaron con tanquetas violando todas las leyes .

El incendio de una antigua casona en el centro de Lima mostró que hasta los bomberos tienen precio, al poner en duda que fue la policía quien ocasiono el desastre que la dejo en cenizas, producto del disparo de cientos de lacrimógenas con mecha que dispararon a todos los miles de marchantes. En efecto, el tipo usado de bombas lacrimógenas tienen una mecha que se enciende para provocar la explosión y eso fue visto por varios testigos, entre ellos los propietarios y no quedan dudas. Pero la Fiscal solo usa políticamente los hechos como lo hizo con sus hermanas al cambiarles los fiscales que las investigaban por liberar grandes narcos a cambio de enormes sumas de dólares y a la inversa con Castillo al que violando muchas leyes lo apresaron sin un justo proceso y ahora tiene amenazada a Dina "Balearte" con una investigación preliminar para acusarla de genocidio sino sigue aprobando las matanzas dirigidas por Otárola, los marinos y el Comando Conjunto.

La quema de fiscalías, puestos policiales, ayuntamientos, ocupación de minas y destrucción de campamentos son manifestaciones del odio popular a instituciones corruptas, criminales (57 fallecidos y cientos de heridos) responden -aunque en muchos casos fueron acciones de los infiltrados- al odio a policías y soldados que no respetan ningún derecho humano y menos social, y que, seguramente ignoran que el objetivo central del gobierno de proteger el saqueo de las corporaciones mineras.

Mientras la izquierda popular protagoniza estas acciones de rebeldía anticolonial, la otra izquierda, la institucional, cree que existe democracia y lleva a las urnas a la primera. Es curioso que como señala Héctor Béjar el voto obligatorio de la otra izquierda -la política, la oficial- haya definido procesos electorales consiguiendo solo decepciones y cuando elige a un campesino andino de sangre indígena (aunque él nunca lo haya reconocido) la oligarquía y esos sectores de clase media lo destituyan y apresen con la complicidad de este sector de la izquierda. Dirá Béjar “Por ejemplo, en los 90, el voto de la izquierda fue decisivo para el triunfo de Fujimori, y la izquierda participó en sus primeros gabinetes; la caída de Fujimori es inexplicable sin la participación de la izquierda; Toledo es inexplicable sin el apoyo de la izquierda…”

Historizando, la relación del pensamiento oligárquico con el de la izquierda política, entenderemos como se transfiere una ideología de la sumision de una a otra, del caciquismo gamonal al neoliberal de derecha e izquierda, de un caudillismo a otro hasta el neoliberalismo que contaminó todo el espectro intelectual y cultural. Y como se llega a esta lucha autorganizada, sin caudillos ni falsas vanguardias, una verdadera revolución de las conciencias y practicas políticas. Veamos la historía.

Sostiene Mazzeo que el Estado colonial es: “… estado con monarquía en la medida en que de ella partían las reglamentaciones, leyes y decretos que regulaban el mundo colonial”. Cuando decimos que el estado colonial permanece hasta hoy, es por que la regulación de esta parte del mundo sigue en manos de las potencias coloniales expresada en los cambios en la legalidad y la creación de alguna nueva institución. Es obvio que no nos referimos a la colonización clásica sino a la moderna, al modo específico de naturalización de las viejas relaciones fundamentales y en renovación de lo accesorio que incluyen las relaciones de poder, dominación y explotación; de la permanencia de castas y estamentos etnico-clasistas; de la continuidad renovada del gamonalismo y el extractivismo; de una sociedad y cultura colonial excluyente de la mayoria afro indígena, del sometimiento financiero de grandes potencias como Gran Bretaña y Estados Unidos, configurando el carácter de un estado cuyos rasgos duran hasta hoy bajo nuevas mascaras modernizadas aunque el latifundismo se haya modernizado y se hayan instalado industria de bienes de consumo.

En este aniversario de José María Arguedas hay que resaltar lo que nos decía hace 55 años y que hoy continúa poniéndose de manifiesto.

Creemos que la integración de las culturas criolla e india, que evolucionaron paralelamente, dominando la una a la otra, se ha iniciado por la insurgencia y desarrollo de las virtualidades antes constreñidas de la triunfante perviviente cultura tradicional indígena mantenida por una muy vasta mayoría de la población del país. Tal integración no podrá ser condicionada ni orientada en la dirección que la minoría, todavía, política y económicamente dominante, pretende darle.

Debemos construir categorias que puedan mostrar la falsa emancipación y como se suceden las formas de dominación objetivas y subjetivas y la condición tributaria de las colonias que definen una independencia política de carácter formal y una economía que ofrece principalmente materias primas o recursos energéticos a las potencias capitalistas. Esta condición define la corrupción y la crisis múltiple del estado como siempre potencial, compleja y profunda, histórica, cultural y política; no es de hoy, data desde la conquista y la colonia, perdura en la semicolonia reformada y en constante metamorfosis que llega casi incolume a nuestros dias, toca las raíces de la cultura dominante enraizada en las genealogías del poder.

La historia del Perú es una historia colonial de exterminio, que tampoco comienza en el siglo XX. En el primer siglo se calcula que exterminaron al 90% de los pueblos indígenas. Luego, fueron otros 400 años de un conflicto colonial-anticolonial basado en el despojo, que termino en todos los casos con el exterminio de la oposición al dominio colonial expresado en rebeliones, guerrillas y hasta en un intento de guerra popular.

El actual conflicto que vive Perú tiene ese fondo, los herederos de la oligarquía, ahora aliados de las grandes corporaciones vuelven -otorgándole continuidad- al despojo y exterminio de los opositores. Con la atingencia de que quienes llegaron al ejecutivo lo hicieron contaminados de la cultura neoliberal. Hereditario desde la llegada de los españoles hasta el día de hoy, los rasgos fundamentales de este Estado construido desde arriba, desde fuera y a partir de una guerra de exterminio y sometimiento brutal de los pueblos originarios El Estado nación es una fantasía mítica, sin asidero estructural, basada en una pseudo historia hecha por los poderosos.

El capitalismo colonial es visto por Machado Aráoz así:

en un sentido que acá se quiere destacar de modo especial, la expropiación eco biopolítica alude a los efectos de larga duración de la violencia colonial extractivista sobre el sustrato afectivo y motivacional de la subjetividad. Las vivencias y experiencias del extrañamiento y la explotación de los territorios se hacen cuerpos. El recurso sistemático a mecanismos de superexplotación opera, así, destruyendo los capilares de la afectividad-sensibilidad y va produciendo un progresivo proceso de acostumbramiento a la violencia endémica de los entornos coloniales. En el umbral último del orden colonial, el extractivismo opera produciendo una abismal expropiación de la sensibilidad corporal. Expropiación, más que con arrebato, tiene que ver acá con eficacia performativa; da cuenta de la capacidad biopolítica de producir sujetos radicalmente in-sensibles a la explotación. En parte por acostumbramiento-internalización del dolor social; en parte por la colonización-mercantilización del deseo.

Lo que le falto decir a Machado es que esta forma colonial tiene su correlato no solo en la violencia y la internalización fetichista de los recursos naturales especialmente en las clases medias y altas beneficiadas, difundida por los medios, sino también incuban la potencialidad de la corrupción, la ingobernabilidad y las crisis al eliminar la soberanía, los derechos de los trabajadores y los escasos residuos democráticos, imponiendo en su lugar constituciones y estados de derecho fraudulentos, que protegen la corrupción e impunidad de una administración estatal y empresas saqueadoras. Se establece una estructura que condiciona a los gobiernos de cualquier color a preservar ese orden bajo el riesgo de terminar su mandato.

Sobre el neocolonialismo o recolonización neoliberal, en el que los Estados Unidos diseñan políticas y aprueban o consienten a gobiernos y a los principales funcionarios, se articula el colonialismo interno. Los descendientes oligárquicos españoles y criollos, grupos familiares herederos de la monarquía colonialista, al que se fueron agregando extranjeros que iban migrando, mantuvieron el control del Estado hasta hoy. Solo cambian algunas dinastías. Los pueblos originarios, los afrodescendientes, los mestizo indígenas y negros siempre fueron excluidos del Estado. Lo que hay es un capitalismo global que impone acabar con la soberanía estatal (Constitución 1993), fundamento de los estados nacionales, con los fragmentos de la soberanía popular, sustento de la democracia y optar por una mercantilización generalizada de la vida social, que tensiona enormemente las agendas de los Estados hacia la creciente desregulación económica, la flexibilización de los mercados laborales y la privatización de bienes públicos. La política migratoria tambien fue utilizada para bajar aun mas el precio de la fuerza de trabajo (PPK). El despojo campesino -y urbano- y la sobre explotación, generan enormes tensiones políticas, dado el aumento de la miseria, desigualdad y segmentación social; originando mecanismos deformados de preferencias políticas, sesgos ideoógicos varios, pensamiento grupal reaccionario y esquizofrénico en la que puede aparecer una polarización política como peligroso epifenómeno de dichas tensiones.

Históricamente, tenemos la posibilidad de ver cómo se redefine el estado colonial. Fujimori al principio adoptó fines y tácticas desarrollados por la Central Intelligence Agency en cooperación con el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) y usó las fuerzas armadas. Los militares necesitaban más apoyo ante las peleas antisubversivas y las denuncias de abusos a los derechos humanos y colusión. en el tráfico ilegal de drogas.

Montesinos, conocedor del funcionamiento del Estado colonial -como ya lo dijimos- primero se apodero de los servicios de inteligencia, luego del Congreso y el poder judicial respaldado en una nueva Constitución que garantice su continuidad. Luego de asumir Fujimori el gobierno, Montesinos -trabajando para la CIA y probado traidor a la patria, abogado de narcotraficantes- fue elevado a la condición de Asesor del jefe del Servicio de Inteligencia. El 5 de abril de 1992, Fujimori suspende la Constitución de 1979, disuelve el Congreso y ordena la reorganización del Poder Judicial. El dominio de Fujimori sobre la Corte Suprema lo hizo destituyendo jueces y fiscales desobedientes utilizando el descontento arraigado en la población respecto al Congreso y al Poder Judicial, relacionándolo con la corrupción y los instrumentos políticos que utilizaban, con el fin de justificar un nuevo Congreso y legislaciones que redujeran su independencia. Paralelamente, tomaron medidas coercitivas y de censura contra toda la prensa y hablada, desde la misma noche del golpe. Posteriormente logro que los militares firmen un acta de sumisión. En poco tiempo tenían las instituciones controladas y bajo su mando. El mejor ejemplo fue y es Blanca Nélida Colán Maguiño, ex fiscal de la nación con Fujimori, líder y encubridora de todo el poder ante el aparato judicial. Presa entre 2001-2008.

No descuidaron la intervención social autoritaria y en noviembre de 1992, con la elección de un llamado Congreso Constituyente Democrático (CCD), en la que los movimientos políticos que lo apoyaron obtuvieron la mayoría de escaños. El CCD preparó una constitución neoliberal y a medida del gobernante, en la cual destacan la reelección presidencial y la unicameralidad del Parlamento. Esta Constitución fue aprobada por un pseudo referéndum en 1993.

La descolonización debe eliminar la Constitución del 93, el Tribunal Constitucional creado para que la Constitución sea intocable, recuperar la autodeterminación popular y las autonomías indígenas, regionales y populares; y construir el poder destituyente y la democracia desde abajo, terminando con el vigente régimen político mercantilizado y privatizado.


 

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