Xochitl Patricia Campos López
La centralidad de José María Morelos y Pavón en el discurso de López Obrador respecto de su propuesta de reforma constitucional constituye la activación de un dispositivo simbólico que puede resultar un auténtico botón rojo para los movimientos sociales. La trascendencia de la teología de la liberación en Latinoamérica implica no sólo el fracaso de la secularización anticlerical y jacobina sino el empoderamiento de los sacerdotes guerrilleros a un nivel humanista, místico y significativo.
Hidalgo y Morelos son curas y padres de la nación mexicana. Sacerdotes identificados y comprometidos con el pueblo verdadero, trabajador y cotidiano. Los sacerdotes guerrilleros han sido una figura luminosa en Latinoamérica. Es impresionante el valor de muchos presbíteros que optan por la solidaridad popular y confrontan al poder del status quo. Desde la Colonia y en las etapas más álgidas de la historia nacional, varios ministros de culto han elegido –con toda su integridad- por el populismo progresista humanista, la revolución como religión sin redención.
La resonancia de Morelos es una de las propuestas más significativas del presidente López Obrador, confirma el espíritu mesiánico, revolucionario y conservador, populista y caudillesco de su narrativa política e ideológica. El presidente retoma las deudas históricas del Estado mexicano y las pone en la palestra del debate político rumbo a las campañas electorales,
¿Cuál es la disposición de la clase política para responder a las ideas básicas de los “Sentimientos de la Nación”? Amlo vuelve a la utopía modernizadora de José María Morelos y Pavón para formar una patria suficiente para todos, ilustra a los políticos para ser “siervos” de la nación y fortalece la idea dogmática de una constitución republicana como única forma de pacto social de integración.
El compromiso queda, como siempre, en la cancha de todos los partidos políticos. La posibilidad de abandonar la metáfora de las repúblicas bobas depende de los congresos y legisladores Nadie creyó más en la tarea del legislador y tribuno que Morelos.
Los diputados y senadores tienen la principal encomienda de presionar los cambios que exige la Carta Magna. Es el momento de la tribuna y del debate auténtico frente a la sociedad. Las posturas de cada legislador son el mejor referéndum sobre quién está del lado correcto de la historia.
El presidente propone uno de los más grandes retos del Ejecutivo a los otros poderes, se convierte en el Charles de Gaulle de la transición mexicana, se enfrenta heroicamente a quienes sabotean los ideales constitucionales que plantean la protección del pueblo.
La voluntad del Jefe de Estado para conseguir las políticas adecuadas a las necesidades del país no deja lugar a dudas, el problema se refleja en la conducta que tomen los legisladores ¿Hasta dónde apoyan las demandas populares?
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