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Del deporte en nuestros días

Divagaciones de la Manzana



Martha Chapa



Un activo sobreviviente enmedio de la pandemia es el deporte, que nos ha acompañado de muchas maneras en estos días aciagos, ya de meses, a causa del COVID.

Así, hemos visto como se ha dado inevitablemente el cierre de gimnasios en detrimento de quienes asiduamente ahí acudían para ejercitarse y mantenerse saludables. Sin embargo, muchos de ellos se adaptaron y continuaron sus rutinas en la casa propia, aunque así fuera de manera limitada e incompleta. Pero también, tal situación prevaleció con los practicantes de diversos deportes al aire libre, ya sea fútbol, béisbol, volibol, basquetbol y otros más, en canchas de parques o instalaciones cubiertas. Una actividad física que incluso se ha estimulado a través de campañas en los medios de comunicación, a fin de tener un mejor funcionamiento no sólo de nuestro organismo, sino como un antídoto para el estrés y las tensiones a que nos ha remitido el confinamiento.

Otra dimensión en donde el deporte salió avante, a pesar de haberse visto afectado, fue el de orden profesional y del espectáculo, e incluso ocurrió algo que no conocíamos ni tenía precedente: que los estadios estuvieran vacíos mientras se celebraban competencias o partidos, notoriamente en el caso del fútbol, si bien con el tiempo se fue extendiendo a la modalidad de admitir únicamente un 20 o 30% de asistentes, respecto a su cupo total. Al igual, se registraron mermas en la salud de muchos jugadores que no pudieron sustraerse del contagio de tan terrible virus y hasta algunos partidos tuvieron que suspenderse. Por cierto, apenas el domingo pasado se llevó acabo el ya legendario encuentro que conocemos como Super Tazón, que en esta ocasión se celebró de una manera diferente, pues se cuidó de que la asistencia fuera limitada y que se mantuvieran unos y otros de acuerdo al protocolo que exige una sana distancia, y desde luego, el uso de cubrebocas. Aún así, los riesgos prevalecieron y ya veremos en qué medida continúan al alza los contagios, sobre todo tratándose de un país con el mayor número de estos y en consecuencia de decesos registrados. Es evidente, que se han dado en forma paralela fuertes presiones económicas para normalizar lo más pronto posible el deporte profesional, ante las pérdidas existentes y uno que otro quebranto financiero que por igual han resentido

Cómo vemos, el deporte no ha sido exentado de los graves perjuicios de este mal, pero tampoco sucumbió, y parece que poco a poco se va imponiendo en función de las medidas adoptadas de los propios gobiernos siempre que hayan sido acertadas y desde luego, en la medida de qué la vacunación contra el COVID avance y se extienda a la mayor parte de la población y alcanzar al menos lo que conocemos como la “inmunidad del rebaño”.

Se ha salvado la práctica deportiva, sea individual o colectiva, y resurge ya en la categoría del campo profesional y del espectáculo, uno de los signos icónicos de nuestro tiempo.

Confiamos entonces en que saldremos poco a poco de este hoyo de fatalidades y que al tener una sana actividad física, conseguiremos al menos, que simbólicamente el deporte goce también de cabal salud.

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