Divagaciones de la Manzana
Martha Chapa
La humanidad, durante siglos, se comunicó oralmente y tardó mucho tiempo en elaborar un alfabeto escrito que nos uniera más y mejor.
Llegaría Gutenberg y su legendaria invención para que surgiera la comunicación impresa y el libro mismo, que multiplicó el conocimiento y lo compartió con cientos, y que el tiempo lo transformó en miles y millones de seres humanos. Y aún hasta nuestros días pervive y pronóstico como que así será por el largo futuro que tiene todavía por delante la civilización. Un ente que nos ilumine, proporcione calidad de vida y un futuro mejor más promisorio.
Sin embargo, más allá de su supervivencia trabajosa y a veces heroica con la aparición de nuevos medios de comunicación, como son los electrónicos y en sí el ámbito digital, el libro se ha visto seriamente afectado en esta terrible pandemia que casi por dos años hemos padecido en México y en el mundo.
Tan sólo por lo que toca al presente año, el 20 21, la asociación de editores en su más reciente informe dio a conocer cifras Como son: La industria editorial de México dejó de facturar 2 mil 764 millones de pesos en 2020, en el primer año de la pandemia de Covid-19. Presenta 24.6 por ciento menos respecto al 2019, siendo la más severa de todos los mercados en América Latina, dio a conocer José Calafell, Vicepresidente del Sector de Libros de la CANIEM (Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana). Y agregó que: “Por lo que respecta al mercado de libros de interés general, la caída que sufrió el mercado en México fue probablemente la mayor de los mercados grandes en América Latina, equivalente a la que sufrió Perú, pero todo el resto de los países de la región aguantaron mejor el efecto de la pandemia que lo que hizo México”.
Por su parte Juan Luis Arzos, que preside la CANIEM, afirmo que ubo perdidas pérdidas millonarias, y se dejó de producir casi 14 millones de ejemplares en 2020 y el cayó de 118.9 a 105.1 millones de ejemplares.
Evidentemente, preocupan más los factores estructurales que los coyunturales, pues “hay que recordar que México ya venía con un crecimiento económico prácticamente nulo, eso recordémoslo. Y hay países de América Latina que incluso ya lo tenían negativo, como el caso de Argentina, pero es definitivamente un factor coyuntural, y el otro que también es muy importante es la actitud que se tuvo en México respecto al apoyo a los libreros y a las librerías, que fue prácticamente nulo”. Toda una denuncia del abandono y la omisión negligente del gobierno actual a la educación y cultura.
También por lo que toca a las editoriales los daños y perjuicios se traducen en cifras tan alarmantes como: de 189 editoriales del sector privado que se mantuvieron activas durante el año pasado a pesar de la pandemia, 30 sellos suspendieron actividades el año pasado y 11 desaparecieron.
Pero las pérdidas no solamente son de carácter coyuntural, sino estructurales, como decíamos, por lo que el gobierno debe prestar apoyos fiscales urgentes y profundos, entre otros, a la industria editorial, en cuanto a la producción y difusión de los libros, independientemente de la labor que ameritadamente realiza a través del Fondo de Cultura Económica. Es decir, todos para uno y uno para todos.
Nuestro país necesita más libros y más lectura, si queremos un mayor desarrollo educativo, cultural, social y económico.
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