Xóchitl Patricia Campos López
En estos días se reúnen en la ciudad de México diferentes organizaciones y tendencias de la derecha mundial para detonar un nuevo proyecto político que busca resonancia en América Latina. Mientras en el Cono Sur el triunfo de Lula Da Silva inspiró a las izquierdas populistas y nacionalistas, el cónclave de conservative political action (CPAC), además de promover la candidatura de Lilly Téllez, Eduardo Verástegui o algún otro personaje cercano de la derecha nacional, propone iniciar una oleada de norte a sur, queriendo recuperar y regenerar el poder conservador en México y Estados Unidos; construyendo una solida barrera al populismo en nuestro continente y, al mismo tiempo fortaleciendo el atlantismo de los Estados Unidos de América.
Esta fuerza de las derechas, que se demuestra por el poder de convocatoria entre grandes personalidades de Europa, Eurasia, Estados Unidos e Iberoamérica, hicieron convergencia en la Ciudad de México momentos previos a la marcha nacional que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha tratado de construir para el 27 de noviembre – AMLO pretende reunir a los movimientos sociales populistas y de izquierda que son las bases electorales de MORENA- y, al mismo tiempo, para darle una visión internacional a lo que en el pasado se denominó “El Pacto de los Remedios”, es decir, un intento global de polarización contra la revolución mexicana así como la cuarta transformación .
Las coincidencias en política no existen y el evento de las múltiples derechas aprovecha la polarización en México para mostrar su nivel de ideas, propaganda, poder económico y capacidad electoral. Los medios de comunicación tradicionales, los poderes facticos y poder empresarial, están gustosos en este evento, porque observan que a cada momento la coalición opositora a López Obrador se fortalece.
En este sentido, la marcha en defensa al INE empieza a tener sus primeras consecuencias; al parecer es un efecto retardado. Es decir, el PRIANRD y sus aliados constataron una serie de eventos y acciones que van a desgastar el capital político de AMLO de aquí al fin de mandato constitucional.
El conclave de derechas en México es un reto para Morena y su base electoral. La derecha no fracasa, siempre está a medio tiempo, pero nunca deja de organizarse y actuar.
Los grandes proyectos de la cuarta transformación y su objetivo en una reconstrucción nacional ya no tienen tiempo de ser ejecutados en lo que resta de su sexenio por su lucha tribal interna y externa. Es mas probable que comience a establecerse un escenario de elecciones competitivas para el 2024, la nueva derecha no solo busca construir un régimen neoliberal, podría también reconstruir el neoextractivismo y entregar el Estado Fallido mexicano al imperialismo global norteamericano ¡que dios nos agarre confesados!
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