top of page

¿El futuro mexicano está en chino?

Xochitl Patricia Campos López  

 

Se complica la situación del cierre de sexenio y comienzan a translucir las tendencias que condicionarán al próximo gobierno. China y Estados Unidos pretenden ejercer un control sobre México al que la parasitaria clase política no se niega de ninguna manera. El capitalismo dependiente asiático y el neoliberalismo yanqui desenvainan sus espadas por el nacionalismo revolucionario mexicano, ¿Debe creerse que la disputa es real por el amor de la Malinche?, ¿El dragón chino estaría dispuesto a impulsar la economía mexicana?, ¿La clase política mexicana se supeditaría con las directrices del politburó comunista del gigante asiático? ¿El Estado Mexicano estaría en posibilidades de implantar una gobernabilidad férrea para intervenir empresas, corporativismo, mafia y política? El patrimonialismo de la clase política mexicana y la oligarquía no tienen parangón, son los principales enemigos de México. China tendría que impulsar una medida con mucha fuerza para controlar la corrupción endémica en el país. 

Mientras China no se comprometa con apoyos más militares que económicos para impulsar en Quetzalcóatl un gran vigor frente a Estados Unidos, poco hay que considerar en la seriedad de la propuesta asiática para la amistad y desarrollo. Vladimir Putin no consiguió estructurar guerrillas que hicieran en México lo que la OTAN promovió en Ucrania. 

Una situación extrema de pugna entre China y Estados Unidos por México, podría llevar a una escisión del país, por ejemplo establecer un México Sur y otro México Norte, acorde con los intereses y dinámicas geopolíticas de ambas superpotencias. Las experiencias asiáticas de Vietnam y Korea pueden implantarse en nuestro territorio como el inicio de una revancha china y aislamiento terrestre norteamericano.  

La otra realidad, desconocer la fuerza de gravitación que ejerce Estados Unidos sobre México, representa una irresponsabilidad incuantificable. Ha sido así durante mucho tiempo. A Santa Anna le costó la mitad del territorio nacional, a Porfirio Díaz todo y al PRI la presidencia de la república. México puede elegir integrarse con Norteamérica a partir de nuevos criterios respecto de la legalización de las drogas y tratados migratorios responsables para las comunidades y mano de obra.  

Escalante Gonzalbo señala que no hay tal disputa entre neoliberales y nacionalistas, ambos representantes son igual de ineficientes y corruptos, así ha quedado evidenciado en la tendencia histórica. En México predomina la lógica del Modelo Habsburgo en la clase dirigente y la sociedad, independientemente de la ideología, clase social, pigmentación, género, edad, religión y región. Somos la pétrea, barroca y disfuncional Hispanidad. Nada funciona en lo español: sólo la bilis.  

La geografía es más necia que la historia, capitanea el movimiento de las sociedades independientemente de lo que consideren las élites. El lumpemproletariado mexicano parece tener más sentido común e inteligencia al respecto. La emigración y narcotráfico se insertan en la dinámica norteamericana sin miramiento alguno, fortalecen –más que todos- la economía estadounidense y mexicana. La observación seria de esta realidad debería orientar pragmáticamente las políticas y el quehacer nacional. Valdría más dejar de lado los cuentos chinos y apegarse a una realidad imposible de modificar y, por su fatalidad, exigente de muchos cambios culturales en los mexicanos.  

Chile y España abrieron las puertas de la economía y ejército para adaptarse a la esfera geopolítica norteamericana, no ha sido del todo negativo el intercambio. En ambas sociedades se ha regulado rigurosamente el corporativismo, patrimonialismo y radicalismo; lentamente abandonan el Modelo Habsburgo para conformar un arreglo democrático y occidental.  

La alianza con China implicaría un colonialismo peor que comienza a visualizarse en ciertos ámbitos del comercio y servicios. Más allá de la distopía maoísta que nadie se ha atrevido ni se atreverán a impulsar, lo probable es que China devore a México como ocurre ahora con el sector automotriz, manufacturero, alimenticio y hasta tepiteño; simplemente México es consumido hasta volverlo invisible. Quetzalcóatl es un dragón chino, pero China desaparecerá México.  

Comments


bottom of page