Xóchitl Patricia Campos López
La derrota de Omar García Harfuch en la precampaña para la candidatura de Morena a la Jefatura de la CDMX fue un mensaje para la ultraderecha y los probables pactos con el Lopezobradorismo. Aunque se manifieste que la vida personal no cuenta en las trayectorias políticas, dentro de las explicaciones de la derecha nacional esto tiene más que ver por las maneras en que las élites comparten los espacios sociales.
El conflicto entre Ricardo Salinas y López Obrador ha escalado a niveles profundos y las coaliciones políticas que ambos personajes representan dan señales de que el entendimiento se ha roto en varias coyunturas históricas. Ha sido más que abierta la tendencia golpista en la derecha nacional durante el cardenismo, echeverrismo, lopezportillismo, delamadridismo, salinismo y zedillismo; hasta que ellos llegaron al poder. Si no les va a tomar en cuenta, entonces para qué son invitados. ¿Tendrá los arrestos Morena para enfrentar a una derecha radical, religiosa y libertaria financiada por Norteamérica de manera definitiva?, ¿Las nuevas facciones permanecerán leales?
García Harfuch representaba una alianza del nacionalismo revolucionario con un peculiar tipo de ultraderecha pronorteamericana que fue característico durante la Guerra Fría. Al PRI, esta situación le generó legitimidad durante cuarenta años. ¿Decidió López Obrador acabar con un pacto de dominación que tenían la coalición revolucionaria y la derecha civil-religiosa?, ¿Consideraron el porvenir de Claudia Sheinbaum?, ¿Cuánta sumatoria de poderes locales se requiere para mantener la independencia frente al imperialismo?
La exclusión de Omar García Harfuch es entendida como una segunda derrota para Claudia Sheinbaum. Al final, pareciera que la candidata presidencial de Morena va en modo piloto y éste no sabe estructurar adecuadamente la pista de aterrizaje. La política es el caín de los caínes, como decía Martín Luis Guzmán, en política nada se debe. La extralimitación del presidente AMLO y los grupos locales en la configuración del poder morenista estatal y regional para el próximo sexenio, afecta la candidatura de Claudia Sheinbaum. De ahí que la trayectoria de la candidata presidencial morenista no pueda despegar por completo en razón del Lopezobradorismo y sus inconsistencias.
El agotamiento de las izquierdas en la CDMX es más que evidente, obedece a la naturaleza del gobierno y la temporalidad. La candidatura de Clara Brugada expone no sólo el triunfo de MORENA en la capital del país sino la misma distancia que aventaja la competencia por la presidencia de la república. Lo mismo ocurre en otras regiones donde el faccionalismo se prefiere a la institucionalidad. El problema radica en que el faccionalismo permite el feuderalismo, esta configuración de poderes regionales caciquiles que no tienen límites y que luego son capaces de aniquilar el poder presidencial. El transfuguismo no redime a nadie y eso se ha comprobado con el PAN, PRD e, incluso, el PRI; pero MORENA prefiere alianzas cuasi criminales en lugar de apostar por sus cuadros e ideología.
Carlos Salinas de Gortari fue el último presidente que trató de controlar el poder regional y no obstante la asimilación con las estrategias del Gral. Lázaro Cárdenas, al final, todo redundó en fracaso. Desde entonces los presidentes han sido rehenes de los poderes locales y sucedió los mismo con AMLO; con Sheinbaum, antes de llegar al poder. El control de las regiones resulta indispensable para la configuración estatal que pueda enfrentar el imperialismo, incluso países centralistas latinoamericanos caen en la anarquía por el descontrol de los grupos y oligarquías en sus entidades internas.
Al final del sexenio, los ataques internos y externos a la figura presidencial se multiplican. En el viejo régimen la figura del candidato presidencial se articulaba como el nuevo mesías y desarrollaba un itinerario para establecer la próxima utopía sexenal, siempre estaba presente el círculo negro de los militares para revisar la disciplina de la clase política. Los resultados de los procesos internos morenistas afectarán demasiado a Claudia Sheinbaum y la institucionalidad de Regeneración Nacional. La candidata presidencial no termina por consolidarse y los poderes locales sólo apoyarán la Cuarta Transformación en la perspectiva de sus intereses parroquiales. La renovación de poderes fácticos en las alianzas pragmáticas morenistas deja en la orfandad a Claudia Sheinbaum y desplaza su liderazgo a la nada.
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