El Transfuguismo Político y Morena
- fermarcs779
- Jan 22, 2024
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Xochitl Patricia Campos López
Al inicio de su administración, el presidente López Obrador señaló que el Movimiento de Regeneración Nacional podía ser sustituido por otra organización política más conveniente a sus intereses. Finalmente, parece que el partido excluirá a los fundadores del movimiento, a los fieles creyentes que ha logrado formar y a aquellos que se reconocen como elementos de izquierda puros, y permite la llegada de otros actores políticos, tránsfugas, dispuestos a incorporar sus estructuras clientelares para que Morena tome el papel de partido dominante y hegemónico que durante la mayor parte del siglo XX tuvo el PRI.
El régimen priista se configuró como corporativista caciquil a partir de las características culturales y socio históricas de México. Es decir, aunque la influencia de la modernidad en términos institucionales resulta innegable, México, en muchos aspectos, todavía es una sociedad feudal transitando a quién sabe qué cosa. De ahí que el transfuguismo se observe como como una práctica natural, propia de personajes valiosos y audaces, cuando en realidad constituye una de las patologías más graves en las sociedades modernas; sobre todo, cuando en lugar de buscar espacios del futuro, se proponen el retorno al pasado violento y primitivo del autoritarismo caciquil.
Morena afirmaba su pretensión de consolidar el amplio abanico de movimientos sociales que, en apariencia, encontraban representación en su momento fundacional. Sin embargo, mientras el desarrollo económico no promueva una igualdad y secularización social, las reivindicaciones que buscan estos movimientos seguirán pendientes y su presencia seguirá siendo indispensable. Por esta razón, la aparición de figuras indeseables en Morena, principalmente por haber sido enemigos del lopezobradorismo, resulta inexplicable. En algunas regiones se impone el criterio de rentabilidad electoral, pero, más que eso, su reclutamiento pone en evidencia una forma de legitimación que sigue alejándose de la ciudadanía.
En su obra El Sistema Político Mexicano, publicada en 1972, Daniel Cosío Villegas reflexionaba sobre el sistema de partidos, ofreciendo la hipótesis de que el PRI sólo perdería el poder a manos de un nuevo partido, resultado de una escisión. Esa posibilidad parecía materializarse con la salida del ala izquierda del priismo, que a la postre fundara el PRD; hoy parece hacerse realidad bajo la migración de destacados priistas a Morena.
En estas condiciones, se habla de corregir algunos casos de transfuguismo que pueden lastimar la candidatura de Claudia Sheinbaum, aunque para eso ya es demasiado tarde. Morena será una muda copia del PRI y tendría que hacer uso de medidas autoritarias para controlar a sus nuevos miembros, también autoritarios y con sus propias estructuras.
El transfuguismo hacia Morena parece incontrolable, lo que pervierte por completo los fines declarados de la Cuarta Transformación. Mientras algunos reconocen que estas pequeñas contradicciones apenas impactarán en el electorado morenista y en la meta de obtener la mayoría legislativa todo cuenta y se vale, algunos analistas serios consideran que el transfuguismo es una aceptación desesperada de un movimiento que vive momentos críticos y que no tiene garantizado nada.
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