Xochitl Patricia Campos López
El Secretario de Gobernación debe ser visto como el operador político del lopezobradorismo hacia los poderes regionales. Si bien Adán Augusto no se distingue por un discurso de izquierdas o populista, cuenta en su beneficio con la simpatía y reconocimiento que genera el cargo burocrático de mayor significado en la estructura del gabinete federal.
Aunque en principio, Adán López se montaba al tren de los destapes para acolchonar el desenlace de la sucesión, poco a poco se ha generado un lugar en la carrera presidencial hasta ser considerado uno de los competidores más fuertes.
La vinculación con poderes locales, titulares ejecutivos de los distintos niveles de la administración pública y representantes legislativos de la mayor parte de las entidades, lo acerca a las estructuras del motor que mueve el sistema político mexicano. Del Ministerio del Interior han surgido varios presidentes de la república, constituye un derecho natural la aspiración de los distintos secretarios del departamento pues -sin demérito de las otras dependencias-, indudablemente, Gobernación desempeña un papel más que importante para el orden, control y estabilidad en el país.
Probablemente, la negociación de alternancias aterciopeladas en los diferentes estados mexicanos sea lo que distingue la labor de Adán Augusto. No es un trabajo menor, pues gracias a ello Morena arrasa en una veintena de ejecutivos estatales; pero el esfuerzo queda achicado por la magnitud de los problemas que tiene el partido y, particularmente, la gobernabilidad nacional.
El Secretario de Gobernación no ha tenido el mejor desempeño para conseguir entendimientos con las fuerzas legislativas de oposición en un momento donde las reformas morenistas son imprescindibles para el proyecto de la Cuarta Transformación. Adán Augusto no ha jugado a nivel de cancha con los diputados y senadores, así como con los congresos locales, para demostrar la importancia de las reformas morenistas y la plataforma de gobierno de AMLO. De igual forma, a este personaje corresponde la explicación a la sociedad de los argumentos para disminuir o desaparecer el INE, diversos organismos autónomos y otras reformas de gran calado que rompan el ciclo neoliberal. Adán Augusto debe ser el verdadero vaso comunicante de la presidencia más que un operador político, temas como la Seguridad y los Partidos Políticos son una brecha fundamental de Gobernación como lo demostró Jesús Reyes Heroles, quien también merecía ser presidente del país.
Cierto es que los Secretarios de Gobernación efectivos y controladores, han sido descartados en el último momento. No puede olvidarse la experiencia de Mario Moya Palencia, Osorio Chong y hasta el Zorro Plateado. Pero, además del presidente, también el país le agradecería ejecutar con sentido nacionalista las tareas que le corresponden.
La relación con los gobernadores no es menor, pero dicha práctica ha sido ejercida desde el primer momento de la alternancia partidista en el país con resultados pésimos. Los gobernadores son los principales traidores en la dinámica sucesoria de la presidencia mexicana.
Adán Augusto es un retador para el candidato preferido de AMLO, pero no es tan impresionante el nivel que ha alcanzado. El resultado final depende de varias circunstancias y jugadas de los actores protagonistas. No obstante, debe comentarse que la Secretaría de Gobernación proponga presidentes.
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