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La reforma electoral en México ¿Ahora sí?

  • fermarcs779
  • May 6, 2022
  • 3 min read

Diego Velázquez

La propuesta de la Cuarta Transformación para renovar el sistema electoral mexicano ha encendido un debate singular para reconsiderar la consolidación democrática del país. Con todo y la polarización respecto al ámbito procedimental y contencioso, las instituciones electorales en México se han sumido en un descrédito total. Organismos y tribunales que se configuraron como espacios para desarrollar la ciudadanía, legalidad y cultura política democrática; finalmente aparecieron como cualquier otro espacio de corporativismo caciquil. La gravedad mayor se corresponde con los onerosos costos y la corrupción de la estructura jurídica-electoral en una sociedad con tantas carencias. Sin querer reconocerlo, el INE es una de las principales instituciones responsables del Estado Fallido, transó para imponer a los peores gobernantes de todos los tiempos.

A pesar de los intereses caciquiles en los ámbitos electorales, eso no ha sido obstáculo para que se desarrollen propuestas inteligentes desde hace muchos años. La historia de las instituciones electorales es interesantísima; sin embargo, deprime la poca influencia que ha tenido. El desprecio de Manlio Fabio Beltrones por Giovanni Sartori, por ejemplo, constituye la constante del poder invisible que controla burocracias, presupuestos y avances del INE/IFE/OPLES. Todo el esfuerzo para estudiar las elecciones mexicanas nunca sirvió para nada, los Beltrones impidieron siempre cualquier intento por un debate serio respecto al sistema electoral que necesita México. Y allí siguen. Hace pocos años, Denise Dresser fustigaba terriblemente al INE, y ahora lo defiende. ¿Qué poder tienen los Beltrones para obligar a alguien así?

Woldenberg, Reyes Heroles y cientos de estudios electorales más, han señalado la importancia de la Representación Proporcional y la Segunda Vuelta en México. Múltiples académicos, centros de estudio, pensadores de los diferentes partidos, han señalado que es más importante un sistema de competencia y proporcionalidad que el árbitro. Siempre se han tenido en el país a excelentes estudiosos de los sistemas electorales comparados, pero la clase política no los escucha ni atiende. Están bien para los cursos estudiantiles, doctrinarios, de capacitación; pero hasta allí. El asombro del PRIANRD resulta ridículo, ellos también tenían academia formal al respecto.

Reinventar el sistema electoral en el país es fundamental para revivir a los partidos políticos e inhibir las alianzas promiscuas, tránsfugas y primitivas a que ha orillado el actual estado de cosas. Si no se refunda el INE, si no cambia el sistema electoral en el país, los partidos políticos corren el riesgo de extinguirse y de que los poderes fácticos caciquiles tomen la rienda franca del país.

Los partidos políticos en México son entidades de interés público, constituyen la vía pacífica para luchar por el poder y el canal agonístico para que nuestras diferencias fluyan, se retroalimenten y aprendan. Sin partidos no hay democracia. Las escuelas de educación cívica son los partidos, no el INE.

La crisis política en Francia es un escenario que debe tomarse en cuenta para el caso mexicano: sin partidos, cualquier criminal puede ser presidente. ¿Quién es Macron? ¿Qué representa Macron? La nada, el intervencionismo, el imperialismo, dentro y fuera de Francia. El suicidio francés es una realidad y nadie hace nada.

El INE debe desaparecer para que los partidos políticos regresen a su papel protagónico, parcial, diferenciado, inteligente, propositivo. Es lamentable el estado de todos los partidos políticos en el país y ver el modo en que el Cacique ha cerrado la puerta para nuevos institutos partidistas.

Ojalá que el debate y el instinto de conservación de los partidos políticos consiga diseñar e implementar una reforma electoral que acierte.

 
 
 

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