La vigencia del análisis de Wil Pansters en Puebla
- fermarcs779
- May 13
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Xochitl Patricia Campos López
La reciente convocatoria a la Cátedra Melquiades Morales Flores en la Universidad Anáhuac de Puebla nos brinda una oportunidad para reflexionar sobre la estructura y dinámica del sistema político poblano. A pesar de las alternancias partidistas y la competencia faccionalista, la presencia de clanes políticos como el de Ricardo Monreal, el priismo histórico y la persistencia de prácticas como el clientelismo y el corporativismo confirman la lógica sistémica que Pansters identificó hace años.
Puebla es un ejemplo paradigmático del "Modelo Habsburgo" descrito por Howard Wiarda, donde la estructura oligárquica del poder se fortalece con el tiempo y se vuelve cada vez más resistente al cambio. La alianza entre la derecha conservadora y el PRI tradicional es un estigma que parece perpetuarse, afectando la salud cívica de los gobernantes y gobernados.
La representación de Morena en Puebla resulta insignificante y ridícula en este contexto, como lo ha planteado el Senador Jesús Encinas Meneses, y la preferencia de los cuatroteistas por seguir la inercia histórica sugiere que la involución es más probable que la evolución en esta entidad. El clientelismo, corporativismo y cacicazgo, estructurados por Maximino Ávila Camacho, siguen funcionando a cabalidad, y los actores políticos lo entienden bien. ¿Para qué cambiar las cosas?
Para los estudiosos del sistema político poblano, el modelo explicativo de Pansters sigue siendo vigente, y la idea de una Puebla liberal, democrática y postindustrial parece una quimera; la Puebla Levítica es eterna. La realidad muestra que el poder en Puebla sigue estando en manos del pricomunismo guadalupano y el cambio parece una tarea titánica e imposible. Las interpelaciones contra el trabajo sociológico de Pansters son absurdas y simplemente demuestran la incompetencia, impostura y pragmatismo de quienes lo intentan.
El cónclave político auspiciado por el melquiadismo muestra una élite preocupada por su cohesión y permanencia, el boato y patrimonialismo; nada relacionado con los problemas de empleo, aranceles estadounidenses, deportaciones de migrantes, inseguridad y políticas públicas efectivas. Las indispensables rupturas históricas que el cardenismo y el segundo piso de la Cuarta Transformación demandan, en Puebla no van a generarse.
¿Será Puebla un botón de lo que está pasando en México?
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