Última llamada
No es común que un grupo decida detener al presidente de la república, de ahí que el incidente aporte luz en varias áreas:
1) El presidente decidió esperar en el auto y no se movilizó ninguna acción de “rescate” o “castigo” no obstante estar en las puertas de una base militar.
2) Si los maestros de la CNTE estuvieron meses bloqueando el ferrocarril podrían estar un par de horas bloqueando al presidente. En ningún caso se uso la fuerza para liberar.
3) Pobreza en el trabajo de inteligencia que no supieron preveer un acto de ese tipo, en las épocas del gobernación autoritario, sus agentes hubieron estar informados y se sabría de la acción.
4) Aparente torpeza del gobernador de Chiapas que no estuvo informado y no supo preveer. ¿Acaso hay más de una entrada a la base militar?
5) Existe la posibilidad de que hubieran estado enterados y el presidente decidió caer en las manos de los maestros con lo que logró varios puntos: descalificar sus métodos de acción política, demostrar que su política de abrazos y no balazos se aplica en todos los casos, le dio la oportunidad para resumir algunas de las acciones sistémicas que se han aplicado con el magisterio y forzar a las instancias involucradas para que resuelvan algunos problemas locales.
Ante el segundo bloqueo el presidente atacó y exigió respeto.
Al parecer, Chiapas se convirtió en una victoria más del presidente, ¿será una derrota para los grupos radicales del magisterio?
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