Xochitl Patricia Campos López
La cerrazón de Estados Unidos para con México genera una perspectiva de nuevos horizontes. Si antes el camino sólo se definía hacia el norte; ahora, es importante considerar otros bloques regionales económicos y dinámicas sociales para sobrevivir a la exclusión que Donald Trump y Canadá están haciendo de nuestro país.
Dando por descontado la intervención militar de Estados Unidos en México, un escenario importante será la concentración masiva de la migración en nuestro país. Aunque se afirma que México es ya un Tercer Estado Seguro para diferentes colectivos humanos que pretenden ingresar a la Unión Americana y no podrán hacerlo, queda claro que también será un intermedio entre Estación Migratoria y Agencia de Colocaciones para el Imperio Yanqui. La riqueza de la migración ahora también debe ser descubierta y aprovechada por México, múltiples nacionalidades, lenguajes, cosmovisiones religiosas y conocimientos, estarán a disposición de establecer sinergias y colaboraciones productivas.
Por otro lado, la exploración de la Cuenca del Pacífico y la diversificación de las relaciones comerciales de México resulta más que una obligación frente al trumpismo y el egoísmo canadiense. La noticia del proyecto Nuevo Manzanillo, puede desbloquear las relaciones marítimas comerciales que se han concentrado en el Golfo de México bajo el candado norteamericano y del Caribe. El mar Pacífico representa una enorme puerta al mundo que requiere nuevos bríos, recursos, productos y disposición colectiva para nutrir la economía nacional. El reencuentro con Centroamérica no es una cuestión menor para México, sin embargo, los conflictos con Estados Unidos y las derechas latinoamericanas, terminarán por complicar el tradicional hispanoamericanismo.
Probablemente México está en un proceso de separación de Norteamérica que abre demasiados nichos de oportunidad y obliga a una reingeniería de la mexicanidad acostumbrada a la zona de confort estadounidense. El cierre de la economía norteamericana para México también sugiere que el narcotráfico y la emigración nacional disminuyan por ausencia de demanda.
La relación con China e India forma grandes expectaciones en México. Los titanes asiáticos tienen mucho que enseñar a los mexicanos y la gobernanza de aquellas entidades también puede identificarse en nuestros procesos políticos. El rompimiento con América del Norte plantea la opción a México de ausentarse en el mundo Occidental, así como de la Hispanidad. La globalización también planteó estos problemas a Australia, República Sudafricana, Nueva Zelanda, Japón, etc.; por mencionar algunos casos, han salido delante de algún modo y México estará obligado a continuar.
La cruzada nacionalista de Donald Trump seguramente tendrá retos más graves para México que la primera experiencia de Mister Carrot; pero, el país tiene que seguir adelante. La necesidad hace virtudes y el reto republicano que México tiene por delante, puede generar cambios positivos en la dinámica de la Cuarta Transformación.
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