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Monreal vs López. El sentido de la división morenista

  • fermarcs779
  • Dec 16, 2024
  • 2 min read

Diego Martín Velázquez Caballero


Para entender la magnitud del conflicto entre Monreal y López, basta señalar que puede plantearse un centro dialéctico entre, por una parte, AMLO, Monreal, Brugada, Rocha Moya y, por la otra, Sheinbaum, García Harfusch, Ebrard y Adán López. Estos son algunos de los ejes que explican el Movimiento de Regeneración Nacional; sin embargo, visualizar la confrontación entre Ricardo Monreal y Adán Augusto López permite entender el intento de Claudia Sheinbaum por la emancipación frente al lopezobradorismo.

El triunfo de Donald Trump generó importantes conflictos para México, quizá más fuertes que en la primera presidencia de Mister Carrot porque ahora existe menos incertidumbre geopolítica que durante la Pandemia del Covid-19; es decir, las potencias son realistas y claras en sus objetivos territoriales y espacio vital así como en los costos. México es un objetivo de los Estados Unidos y no existe ningún elemento que contenga la hegemonía WASP, nada impide la prospectiva del nacionalismo cristiano estadounidense y de las élites estadounidenses. Aquí radica una cuestión que plantea el conflicto al interior de Morena.

La Presidenta Sheinbaum necesita un margen de autonomía, control y gobernabilidad; la situación pone sobre la mesa que el lopezobradorismo no puede influir más en el curso de la presente administración porque los escenarios cambiaron radicalmente y los estilos también. El Covid19 generó un margen de acción para que AMLO construyera su mundo, la incertidumbre respecto al futuro de la humanidad contuvo el estilo del “Gran Garrote” que se reconoce en Donald Trump. Ahora, el proyecto MAGA no tiene ninguna duda respecto de lo que van a hacer los mesianistas yanquis para preservar el poder imperial de Estados Unidos e, incluso, los cambios geopolíticos apuran las decisiones. AMLO no puede enviar a sus soldaditos para desestabilizar la administración federal y, mucho menos, condicionar a Claudia Sheinbaum con un proyecto político social que, indispensablemente, debe adaptarse frente a circunstancias militares señaladas por Norteamérica.

Puede ocurrir que Sheinbaum tiene que abrir las puertas a la intervención trumpista en nuestro país; una situación inaceptable desde la lógica nacionalista, empero, también representa consideraciones racionales frente a unos vikingos bárbaros enojadísimos que consideran aumentar su animadversión contra México. Aunque AMLO, seguramente quisiera estar influyendo al lado de la Presidenta Sheinbaum; esto no puede ser más. No existe la transexenalidad en el sistema político mexicano por función del mismo nacionalismo, Claudia Sheinbaum tiene la obligación de ser independiente y enfrentar sus propias circunstancias históricas.

El expresidente AMLO debe imitar al Gral. Lázaro Cárdenas y conducirse como un Siervo de la Nación después de su servicio memorable frente a la presidencia de la república. La presidenta ahora, en este presente, es Claudia Sheinbaum y no puede haber diarquías, las circunstancias dan miedo, pero la hora fatal de México exige unidad y no incrementar las complicaciones.

El nacionalismo mexicano existirá aún cuando los Estados Unidos tomen el control de México, aunque la presente administración cometa errores o acciones que AMLO consideraría insoportables; por ejemplo, viajar para convivir con Donald Trump.

La presidenta Claudia Sheinbaum debe tomar el control del Partido Dominante Morena e imponer la unidad nacional frente a los escenarios complicados que se avecinan.

 
 
 

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