Reforma Judicial. Una apuesta por la justicia transicional y los jóvenes
- fermarcs779
- Jul 9, 2024
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Xochitl Patricia Campos López
Aunque la idea de reformular el Poder Judicial en México cada vez se observa más complicada, existe un entendimiento entre AMLO y Sheinbaum para apuntalarla. No es sólo el espacio de los ministros sino renovar las estructuras que imparten justicia en todo el país. El cambio judicial afecta en la dimensión federal y estatal, ojalá que retome también lo municipal y local.
Frente a la numeralia de funcionarios que deben ser desplazados, comienzan a surgir resistencias. Aunque las cifras parecen estrambóticas por la difusión negativa que pretenden algunos medios informativos; en realidad, los cambios de gobierno local han generado disposiciones burocráticas con más individuos en las alternancias estatales y estas afectaciones poco influyen en la opinión pública hayan sido justas o injustas.
El poder judicial representa una de las principales estructuras que soportaron el autoritarismo neoliberal. El conservadurismo es la definición por antonomasia de una institución que se asume como el nivel patricio de la sociedad. Sin embargo, las condiciones de impunidad, inseguridad e injusticia; las condiciones lamentables que distinguen el estado de derecho en México durante los últimos cuarenta años, obligan a entender que el Poder Judicial necesita una reinvención total.
Cuando Vaclav Havel desarrolló la revolución de terciopelo que condicionó Checoeslovaquia a la democracia, extirpó el comunismo de una forma que ha sido aplaudida desde los enfoques liberales y cívicos. Toda la burocracia comunista fue desplazada para dar lugar a los jóvenes que, haciendo un parangón entre Havel y López Obrador, no están maleados ni tienen el síndrome del pragmatismo. Una acción de ese calado se requiere en el poder judicial mexicano y en otras muchas instituciones. Eso significaría una ruptura histórica.
Los usos y costumbres de la técnica jurídica y el poder judicial en el país, así como la enseñanza universitaria jurídica, constituyen un saber que daña la cultura cívica y el tejido social. La cultura jurídica es más que medieval en México, cuando le conviene es capaz de justificar la dictadura; pero nunca entiende, y mucho menos concede razón alguna, a los pobres, los indígenas, las mujeres y otros tantos asuntos que se quedaron atorados en eso que se llamó la justicia transicional. México tiene casi doscientos años esperando justicia. El reto es inconmensurable, la reforma del poder judicial puede significar el cambio del diseño constitucional y abandonar la estructura de mando-obediencia que signó el Modelo Habsburgo. El derecho en México tiene que hacerse republicano y escuchar a los desfavorecidos.
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